Godspeed You! Black Emperor @ La Riviera

«Hope» fue la primera palabra que pudimos leer en las proyecciones de Godspeed You! Black Emperor, cuando anoche a eso de las 21.15 aparecían sobre el escenario de La Riviera. Justo lo que no transmite su música en estudio y aún menos en directo, que parece anunciar que la vida al otro lado de las puertas de la sala se ha acabado.


El esquivo colectivo de casi diez componentes se posiciona en forma de triángulo hacia atrás, más pendientes de sí mismos y de los detalles de sus canciones que del público, que aguarda en casi perfecto silencio a que la banda les eleve a los cielos después de años de espera. No decepciona su directo, con un setlist de no más de diez canciones de, eso sí, veinte minutos cada una, extendiendo la duración total por encima de las dos horas y cuarto. Algún despistado aplaude o bien algún fan no puede contenerse entre movimiento y movimiento. Las masas le mandan parar, pues controlan y quieren disfrutar hasta la última nota. Con las guitarras de David Bryant y Mike Moya al frente de una banda que se afianza en la solidez de una base rítmica con dos de todo (dos baterías/percusionistas y dos bajistas), quizá hubiera sido suficiente con reproducir miméticamente los elaborados crescendos y progresiones de sus álbumes. Pero el multiforme combo de Montreal no es tan conformista y optó por llevar hasta el límite su capacidad de contundencia y energía, rebasando así las mejores expectativas, dejándonos a menudo pasmados y extasiados.

Un Godspeed más proyecta desde la parte trasera dos películas de manera simultánea, cada una de las cuales se reproduce en una mitad de las pantallas. Son historias sobre incendios, caminos pantanosos, vertederos de basura y urbes abocadas al desastre, perfectas para el mundo de brumas de Godspeed, expresado de manera magnífica en temas como ‘Sleep’ o ‘Static’, que vuelan por encima de cualquier etiqueta post-rockera. La sensación transmitida durante la primera hora de set es de congoja, a un nivel pocas veces visto en un concierto en esta sala. La de la segunda es de agotamiento, quizá porque el set era para ver sentado o porque las subidas y bajadas en este nivel de intensidad no son buenas para la salud en dosis de este tamaño. 8

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Como telonero, el saxofonista Colin Stetson, que ha tocado en giras de Arcade Fire o Bell Orchestre y ha colaborado con TV On The Radio o Tom Waits, impresionó con un breve concierto en el que, en solitario, hizo alarde de su hallazgo: tocar el saxo bajo de manera que parece de todo menos un saxo, según su página web, gracias a las distintas posiciones en donde coloca veinticuatro micrófonos, sin loops ni pregrabados ni nada que se le parezca. Lejos de quedarse en lo experimental sin más, sus composiciones pueden competir en melodía con la vertiente más áspera de las de Yann Tiersen. Tras presentar, entre otros, un tema en el que ha trabajado con My Brightest Diamond, se despidió asfixiado y recibiendo una buena ovación, para tratarse del artista invitado. 8.

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Publicado por
JNSP