Los números musicales de la Super Bowl son un clásico en América. ¿Quién no recuerda la clásica teta de Janet Jackson al aire y sus absurdas consecuencias sociales de carácter conservador? Los protagonistas de la edición de este año, que ha tenido lugar este fin de semana, fueron Black Eyed Peas. Nos pueden gustar menos o menos, por no hablar del desprecio hacia la canción que supone hacer un popurrí continuado, pero lo cierto es que el espectáculo merece la pena: aparecieron volando y la influencia de Daft Punk en coreografías y vestuario sigue siendo clara. A pocos fans de Guns ‘N Roses gustará, en cambio, la versión de ‘Sweet Child O’Mine’ de Fergie con Slash. Hacia el final sale Usher.
Por otro lado, al comienzo de la gala, Christina Aguilera y la protagonista de ‘Glee’ interpretaron los himnos. A Aguilera le está cayendo una buena por haberse olvidado la letra del Himno Nacional y haber cantado otra cosa, aunque tampoco se nota tanto.