Nacho Vegas / La zona sucia

Si atendemos a las fechas de la amplia gira en la que Nacho Vegas está a punto de embarcarse, con el papel agotado en varias de esas citas y ampliando fechas en otras, podemos decir que ha alcanzado, felizmente, el éxito. Lo mejor es que este estatus no ha sido circunstancial, sino que se trata de un trabajo de años que ahora, cuando publica su quinto álbum, está viendo sus frutos. Su honestidad y coherencia le han valido un considerable número de seguidores, de muy diverso pelaje a tenor de lo que se ve en sus conciertos, y que no puede negarse que se deba a cierta apertura en su sonido, en el que ha ido realizando ciertas concesiones estilísticas. ‘La Zona Sucia’ es el disco que viene a escenificar de manera rotunda esa ligereza y accesibilidad en sus canciones.


En este disco, de nuevo grabado en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María y con su banda habitual, Vegas ha optado por ser más concreto y sencillo que nunca. Ha despojado en buena medida a sus canciones de las fuertes dosis de gravedad con las que a menudo dotaba sus obras pasadas y ha dejado un espacio mayor a sonidos más amables y menos afilados. Así nos encontramos, con más o menos sorpresa, ciertos ecos 50’s, recursos percusivos aflamencados como los de ‘Crujidos’ en ‘Reloj sin manecillas’, ese folklore asturiano al que ya dedica Lucas 15 junto a Xel Pereda, en su vertiente más tabernaria (‘Taberneros’, con la colaboración de Pauline En la Playa, no es un título casual) y unos coros infantiles (a cargo de Les Guajettes) inspirados en Dead Man’s Bones que marcan irremediablemente hasta dos cortes de los diez que contiene el álbum.

A cambio, las guitarras furiosas y pesadas que eran una constante en ‘Desaparezca aquí’ o parte de ‘El Manifiesto Desastre‘ ceden totalmente el protagonismo a los diferentes arreglos de teclado y piano de un Abraham Boba que ya se ha hecho pieza fundamental en su sonido. Y, de forma semejante, Vegas hace algo parecido con sus letras, que aquí parecen haber perdido en carga dramática y autorreferencias (ciertas o no) a ese halo malditista que se le presupone, en favor de unas reflexiones más universales e impersonales con las que el oyente se identifica más fácilmente. N.V., versión ligera.

La cuestión es: ¿es todo esto negativo? Pues podemos decir que no, en absoluto. ‘La Zona Sucia’ reúne una colección notable de canciones de un estilo reconocible en el que ha perdido peso la influencia de Cohen y Van Zandt y han ganado Nilsson y Drake. Contiene al menos tres canciones que se alinean sin dificultad entre las mejores de su carrera, como son ‘Incendios’, un aparentemente simple pero inmaculado medio tiempo a lo Bobby Darin; ‘Perplejidad’, en cuyo estribillo confluyen de forma mágica ese coro de niños y los preciosos arreglos de Boba; y,especialmente, ‘La gran broma final’, una canción in crescendo de apariencia solemne que ya tocaba en directo en la gira de ‘El Manifiesto’, y desde la que suelta divertidos latigazos como «ha cundido el pánico en Madrid, salen fotos en la prensa rosa» u «hoy es el día en que dos planetas se estrellarán mientras tú concedes entrevistas» (que podrían aludir directamente a su terminada relación con Christina Rosenvinge).

Los poco más de cuarenta minutos que dura ‘La zona sucia’ transcurren fluidos, más rápido que nunca en la carrera del ex Manta Ray y ex Migala, y solo el tono brumoso de la final ‘El mercado de Sonora’ parece desentonar del conjunto. Quizá el mayor pero del álbum sea que carece del profundo calado emotivo que se intuía en obras como ‘Desaparezca aquí’, que invitaban a detenerse más en su minutaje, escuchar con atención y asimilar, y eso quizá (solo quizá) pueda restarle empaque en el futuro. Hasta entonces, Vegas puede darse por satisfecho porque vuelve a sumar un disco notable.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘La gran broma final’, ‘Perplejidad’, ‘Incendios’.
Te gustará si te gustan: Nilsson, Nick Drake, Calamaro.
Escúchalo: Vídeo en El Mundo.

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: nacho vegas