En ‘El invierno del dibujante’ encontramos parte de la historia de la Editorial Bruguera y de Tío Vivo. Ya en el prólogo de ‘Maestros del Cómic – Doña Urraca’ publicado el pasado año, Jordi Bernet (hijo del creador del tétrico personaje) nos desvelaba que los artistas eran peones asalariados del dibujo y que su obra era rotulada, coloreada y manipulada, en algún caso hasta haciendo desaparecer la firma del autor. La aportación de Roca en este contexto va un poco más lejos, llevándonos a contemplar el ejercicio de supervivencia de creadores y editoriales en circunstancias muy complicadas, suscitando en el lector un alto nivel de empatía hacia un gremio desconocido, inexplorado y lejano.
Con un dibujo realista, colorido y algo naïf, Roca ofrece un deleite visual que aleja la dimensión gris del tiempo y fría del invierno. La coloración de los capítulos dependiendo de la estación del año por la que transcurre la historia, intensifica este trabajo, creando un cielo de glaciación cálida: la misma atmósfera que Seth, con aire retro, nos mostró también en George Sprott, un personaje que tenía muy presente la meteorología en las despedidas de su programa con un “… may the sun never melt your igloo”.
Paco Roca estrenará el próximo verano la adaptación cinematográfica de ‘Arrugas’ (Premio Nacional del Cómic 2008), contando con José Sacristán para el doblaje de Emilio. Un proyecto que ha supuesto agregar escenas y detalles que Roca, como coguionista de la película de animación, echaba de menos en su novela gráfica. 8,75.