Después de nuestro lacrimógeno homenaje de ayer al Ocho y Medio de la Sala Flamingo, hemos querido preguntar a algunos de los dj’s y grupos que actuarán este fin de semana por qué el club ha sido tan especial para ellos, qué momento fue el mejor y qué anécdota personal recuerdan con más cariño. Cada uno ha contestado en su estilo.
Borja Prieto (Meteosat, Yoyó Industrias): «Soy fan de Belén y Luis desde que los conozco. Me gusta el entusiasmo y a ellos les sobra. Ha sido especial para mí porque me han dejado montar todo tipo de chaladuras siempre y encima con una sonrisa. Recuerdo los conciertos frikísimos de Veracruz, Suicidas, L kan, Claveles, Don Julio y los Chocolas… y bueno, me acuerdo de cuando llamé a Luis y Belén preguntando si me dejaban la sala gratis para hacer los conciertos de Ting Tings y Lady Gaga con 10 días de antelación. Siempre decían que sí. Lo de Gaga fue la bomba y me gustó mucho ver a los Ting Tings rodeado de tanta gente ilustre, desde Paulina a los Cafe Tacuba… Además el 8 es muy agradecido para pinchar y se ven muy bien los shows. Siempre será un maravilloso antro. Entre los mejores momentos, muchos: pinchar con los PopUp, el concierto de El dúo follable y sus coleguitas de la droga de la metadona, hablar con Lady Gaga y tener que salir fuera a anunciar que iba a tocar otra vez para la gente de la cola, el concierto de Miranda… pero sobre todo ver a Belén y Luis tan contentos y sanotes, como si fueran las 2 de la tarde. Irradian felicidad, harán algo pronto y seguro que en el club que abran se estará muy a gusto».
Diana Aller (Meteosat, Yoyó Industrias): «El Ocho y Medio ha sido un sitio emblemático en mi vida por todos los conciertos y sesiones que he presenciado, por toda la gente que he conocido ahí y lo que he vivido entre sus paredes. Me casé hace 9 años, en Madrid, mi ciudad, y por la iglesia. Me lo pasé muy bien. Acabé vestida de blanco, con un subidón increíble en el Ocho y Medio hasta la madrugada. Terminé subida en la cabina, pinchando mis hits favoritos del momento. A pesar de que me he divorciado, aquel viernes 14 de junio de 2002 sigue siendo el día más feliz de mi vida… Y conste que mi ex marido estará pinchando también para ensalzar toda la grandeza del Ocho».
Olav (L kan): «Me encantaba saber que el Ocho y Medio estaba ahí a la vuelta de casa desde donde fuera. Recuerdo que una de las veces que pasé pesqué y me lo llevé a casa comprobando que la leyenda era cierta, allí se ligaba. Pero la imagen que me quedo es bajando las escaleras de la entrada y reconocer todas las caras agrupadas en el banco del rincón. Eso era un placer, era como una fantasía cumplida».
Julio Ruiz: «Es (era) impagable tener un club en pleno centro de Madrid y regentado por gente que sabía de qué iba la historia que debía ser su target. Entre los mejores momentos que recuerdo, me lo pasé fenomenal con el concierto de estreno de The Ting Tings. Mi momentazo en la cabina fue el día de la fiesta de ‘La bola de cristal'».
Felipe Cola Jet Set: “Especial porque lo llevan dos muy amigos nuestros: Luis y Belén, porque también tocamos en la fiesta de inauguración, porque asistimos allí a algunos cambios de tendencias, y alguna cosa más que no recordamos porque la noche nos confunde. Recuerdo que Jordi Costa escribió una columna en el Tentaciones riéndose del público del Ocho y Medio, y tuve mucho gusto en escribirle y llamarle imbécil de tomo y lomo, que yo también tengo opiniones».
Luis Calvo de Elefant (DJ Polar): «Creo que El Ocho y Medio ha sido una sala muy importante para Madrid y durante mucho tiempo una de las pocas en las que se podía escuchar y bailar buena música. Ahora hay muchas salas en Madrid programando música independiente, pero el Ocho y Medio fue pionera. Es importante contar con este tipo de salas para ayudar a la escena independiente a crecer, sitios que se ponen de moda y a los que empieza a ir gente de todo tipo, que descubre otro tipo de música y que les gusta. Luis, Belén, David… todo el equipo del Ocho y Medio ha sido muy importante en la noche madrileña… Espero que pronto encuentren otro espacio y sigan programando sesiones de DJ’s, directos y apoyando a grupos noveles tal y como lo han hecho hasta ahora, ya que si no es así, la noche madrileña estará más muerta que nunca. Y como siempre pasa en estas ocasiones, no somos conscientes de lo importantes que son las cosas hasta que las perdemos. Espero que esto solo sea un susto y pronto podamos estar bailando otra vez en el Nuevo Ocho y Medio».
Hidrogenesse: «Recordamos varios momentos gloriosos o patéticos… Allí estrenamos ‘Disfraz de tigre’… Nacho Canut nos arruinó nuestro momento de ropajes místico-Diógenes diciéndonos, justo antes de salir al escenario, que parecíamos «reyes magos»… En los minúsculos camerinos conocimos a Ariadna de Los Punsetes y nos dio pena no poder dar dos pasos hacia atrás para ver bien todos los complementos y ropas que llevaba ese día…»
Aviador Dro: «Para nosotros el 8 1/2 era un bastión del espíritu pop de Madrid. Eclecticismo, diversión y buen gusto. La mejor sala de esta década. Impagable la gestión de Luis y Belén Kan todos estos años y, lo mejor, unos flyers tremendos. Espero de verdad una pronta reencarnación de esta sala emblemática».
Manu, Los Punsetes: «Hemos tocado allí muchas veces, tanto con Los Punsetes como con Anntona, y Luis, Belén y David siempre han sido encantadores con nosotros. Los mejores momentos los he pasado en dos conciertos de Anntona: uno que di con Espanto, con aproximadamente 20 personas de público, en el que tocamos juntos un montón de canciones y nos lo pasamos muy bien, y otro (en una fiesta jenesaispop, por cierto) donde conocimos a los Klaus & Kinski, que ahora son buenos amigos. Como anécdota, escatología pop: Una noche en el Ocho se desmayó una muchacha que estaba ciertamente ebria cerca de donde estábamos nosotros. Mi amigo Sergio decidió ejercitar su galantería, se la echó al hombro y la sacó a que le diera el aire. Por el camino la desmayada dama le fue dando muestras constantes de su incontinencia y el muchacho acabó en el baño, con los porteros rociándole con agua caliente. Añado que era el cumpleaños de Sergio. Menudo regalo».
Aldo Linares: «Ocho y Medio tiene un punto especial porque es y ha sido un buen lugar para sentir muy de cerca todo el entusiasmo que genera la música y las ganas de divertirse. Siempre me ha gustado mucho ver bailar a la gente y desde la cabina he podido sentir eso tan especial que hace que una canción se convierta en algo que se podía materializar en la pista. Además ver a la gente subiéndose al escenario y bailando a un buen volumen es algo que de algún modo te realimenta, te hace parte de la electricidad que circula por la pista, las barras, las escaleras… Todo esto me pasó allí, en la cabina del club.
En mi caso, y estoy seguro que en el de muchos, se mezclan recuerdos y sensaciones de lo más variopinto. Pero lo bueno es que lo hacen a modo de pequeños vídeos, con sus imágenes y bandas sonoras que describen muchos años de noches muy divertidas. Son como pequeñas lecturas de un lugar sin duda alguna singular.
Espero que Luis, Belén, David, Dani y todos sigan con el club. Es verdad que el lugar dice mucho, pero al final han sido ellos quienes han sabido firmar las señas de identidad de un lugar que estoy seguro significa bastante para muchos. Así que adelante, con volumen y canciones, como debe ser».
Indiecalling: «El Ocho ha sido tan especial para nosotros por salvarnos tantas noches en las que empezábamos a salir prácticamente menores de edad. Sin un rumbo fijo y casi por inercia acabamos yendo allí y rara vez salíamos insatisfechos, excepto una epoca algo más rosa. En el Ocho siempre encontrábamos un buen panorama musical, farandulero y para qué negarlo… femenino. Hemos pasado bastantes noches para el recuerdo, hemos visto conciertos geniales y conciertos malos, hemos pasado noches muy buenas y noches de irnos a dos velas y ciegos; pero desde un punto de vista algo egoísta y narcisista, nos quedaríamos con la primera vez que pinchamos allí. Estar en la cabina de una sala tan mítica de Madrid en la que tanto nos habíamos divertido años anteriores fue genial, algo así como cuando un canterano del Real Madrid pisa el Bernabéu».
Bombastich: «El Ocho y Medio ha sido especial para nosotros por muchas razones, la primera vez que lo pisamos fue en 2001, en una fiesta del fanzine Piruleta, actuaba La Monja Enana y no nos podíamos creer que existiera un club que programara esa música. Desde entonces nos convertimos en asiduos, hemos vivido muchas épocas del club, hemos hecho amigos, enemigos, caído de la tarima, hasta nos hicimos novios en ese sótano. Son casi 10 años de nuestra vida ligada al club y a la sala Flamingo, que en los últimos años también se ha convertido en cierta medida en nuestro lugar de trabajo y al mismo tiempo en nuestra segunda casa y familia. Podemos decir que lo hemos disfrutado mucho, muchísimo. Para nosotros es lo que acabamos de describir y en general supongo que siempre será ese lugar de Madrid en el que sabías que si ibas te lo ibas a pasar bien independientemente del calor que se pasaba en verano o el frío en invierno si te ponías a bailar junto a la barra 2 con el pingüino gigante. Anécdotas hay miles, recuerdo que hace tiempo un tío se llevaba una televisión de las que estaban puestas con los visuales y pretendía salir por la puerta tan pancho, o hace bien poco, una pareja follando en la tarima en pleno apogeo, y lo mejor, es que nadie a su alrededor parecía enterarse de lo que estaba ocurriendo».
Óscar (destroZONAS bj’s): «Mis recuerdos de la Sala Flamingo van un poco más allá del Ocho y Medio, realmente… Me recuerdo en una GOA, con una enorme falda de tul negra y unos cuernos de látex que alguien quería arrancarme… ¡Y a La Demonio defendiéndome! Recuerdo asfixiantes noches de domingo en Shangay Tea Dance… Recuerdo, incluso, aunque muchas menos, oscuras veladas en el Dark Hole… Pero el Ocho y Medio siempre fue otra cosa… He andado por allí, con mayor o menor asiduidad, desde que Belén (a quien apenas había visto desde el colegio), allá por diciembre del 2000, me embarcara en la organización de un imposible “desfile de moda Ocho y Medio”, presentado por Paco Clavel y en el que desfilaron Juan Alonso, una pequeñísima Eme (¡con el pelo rosa!), O-Kan (recuerdo haber llamado a una casa y preguntar así, directamente, por un tal “Gazpacho Venenoso” a un señor que resultó ser el padre del susodicho, para pedirle las tallas…)… Pero los mejores recuerdos vinieron después, en nuestro “rinconcito”, a la derecha según se baja el primer tramo de escaleras, entre el extintor y esa ventana de un guardarropa que nunca entendí (¿por qué tiene esa altura tan rara que te impide ver la cara de quien te coge la ropa?)… Allí, siempre con Belén y con Luis y unas veces con Irene, Lala, Manuele, otras con otros amigos y conocidos, haciendo incluso una terapia con nombre propio “Mujeres Que Aman Demasiado”, hasta que apareció Álvaro, que siempre anduvo por allí, y se nos unió para siempre…
Aunque debo reconocer que el recuerdo más imborrable que tengo de la Sala Flamingo (con permiso de mis queridos Sigue Sigue Sputnik) va unido a nuestro querido Franela Dancehall, hijo pequeño del Ocho, y a su ciervo Lorenza (sí, no Lorenzo), generosamente donado por Jorge Dutor, que hizo correr mi sangre (y que voláramos al hospital conmigo vestido de ¿pirata? a que me dieran 5 puntos en la cabeza) por la escalera, debajo de esa fantástica lámpara que para mi salón quisiera, haciendo que mi ADN quedara para siempre en lo que pronto será lo que Inditex quiera que sea…»
Álvaro (destroZONAS bj’s): Para mí el Ocho y Medio va irremediablemente ligado a mi amiga Maite. Cuando ella salía de trabajar nos juntábamos, nos poníamos las chapas y la cantidad suficiente de laca para impedir que nuestros peinados modernos y gemelos se desbaratasen… En el Ocho era en el único sitio donde pinchaban esa música que nos hacía felices, pasando del pop español al brit-pop, o al ‘Into The Groove’ de Madonna… Allí conocí a Julio, a Laurent, J.A… Fueron años de festivales, de Benicàssim… Fueron años estupendos de verdad. Luego Maite se fue a otra ciudad, pero aún me quedaba mucho por vivir en el OCHO. Poco imaginaba yo que al conocer a Óscar, conocería también a Belén y a Luis, y que nos haríamos todos inseparables. En su escenario, L Kan mancharon mi camisa de mora, quisieron vestirme de árbol de Navidad (gracias Juan por venir en mi rescate) y Stereo Total me subieron a bailar. ¡¡Si incluso fue allí donde vi a Lady Gaga por primera vez!! También fue en esta misma sala donde La Prohibida nos amadrinó como dj’s en un EPT ¿Quién me iba a decir a mí que, con destroZONAS bj’s, iba a acabar pinchando en esa cabina por la que habían pasado algunos de mis dj’s favoritos?».
Eme DJ: «Para mí sería imposible hablar de un solo momento destacado en el Ocho y Medio, porque ha habido tantas cosas… Desde que me instalé en Madrid con 18 años fue el primer sitio al que acudí, y desde entonces fui religiosamente cada viernes durante los siguientes años. En el Ocho he reído, he conocido a muchos de mis amigos, me han conquistado y me han roto el corazón, he bailado en la tarima y me he tragado interminables colas para poder entrar. Pero recuerdo, sobre todo, con mucha ilusión, la primera vez que pinché allí. Fue un sueño hecho realidad. En el Ocho empezó todo, por así decirlo. Luis, Belén y David me dieron mi primera oportunidad para ponerme en una cabina en un club «de verdad». Esta noche han contado conmigo para esta despedida y con ello se cierra una etapa de mi vida. Pero siempre nos quedarán las canciones. Este es mi top 10 de canciones que han sonado allí:
1.-Juniper Moon / ¿Volverás?: Precisamente, el primer concierto que vi en la sala fue el de este grupo de Ponferrada. Allá por el año 2000. No es mi favorita de los juniperos, pero fue todo un himno en aquella época.
2.-Astrud / Europa: La primera fiesta que se hizo del Ocho y Medio en la GOA de Madrid. Fue mi primera Goa y casi todos los dj’s que pasaron por la cabina pincharon este tema.
3.-La Casa Azul / Chicle Cosmos: Descubrí este grupo gracias al fanzine YoYo de Borja Prieto y Diana Aller, también habituales de la cabina. Nos encantaba.
4.-Ladytron / Destroy Everything You Touch: Me recuerda a mi amigo Claudio, al que conocí en el Ocho y Medio. Creo que a casi todos les conocí allí.
5.-Los Romeos / Un poquito de amor: En el 2005 trajeron a Hazcaso a pinchar y yo curraba en el Ocho de relaciones. Puso esta canción y me fui disparada a decirle lo mucho que me gustaba. Así nació una bonita amistad y sobre todo mi admiración por uno de mis dj’s favoritos.
6.-Mike Oldfield / Moonlight Shadow: La primera vez que pinché en el Ocho y Medio, cerré con este tema. Ver a todo el mundo bailando fue increíble y mágico.
7.-Saint Etienne / He’s on the Phone: Creo que si sacaran un recopilatorio de temas que sonaban en el club, tendría que estar este, sin duda es de los más míticos.
8.-Tok Tok VS Soffy O / Missy Queen Is Gonna Die: Temazo. De esos que año tras año siguen sonando y la gente, aunque no lo pida mucho, sigue agradeciendo. Smart fue de los primeros en pincharlos.
9.-The Strokes / Reptilia: Una de las pocas veces que fue DJ Amable al Ocho (creo que solo fueron dos), estaba en la tarima bailando y empezó a sonar. Fue épico.
10.-Blur / Girls & Boys: Otro de los temas míticos de la sala, caía casi cada viernes, pinchase quien pinchase.
Hay muchos mas, pero era difícil escoger solo 10, se han quedado fuera Ellos, Pipettes, Killers, Planetas… o incluso aquella vez que pincharon a Sonia y Selena y todo el Ocho se puso a bailar como loco…».
David Kano (Cycle): «Cycle tiene un especial cariño al Ocho porque pese a que nunca fuimos clientes asiduos, fue nuestro trampolín en Madrid. Lo recuerdo como un concierto salvaje, anfetamínico y ruidoso, un delicia. Es difícil mantener un club tantos años con los tiempos que corren, Ochoymedio y su público son un ejemplo de lealtad a un estilo y a todo un género musical. Cerrarán la sala Flamingo pero seguro que los «capos» (Luis-Belén-David) ya están maquinando otro emplazamiento. A Rey muerto, Rey puesto. Larga vida al Rey».