Low / C’mon

El matrimonio formado por Alan Sparhawk y Mimi Parker, acompañados esta vez por un (otro) nuevo bajista llamado Steve Garrington, vuelve a publicar un álbum, casi cuatro años después de ‘Drums And Guns‘, probablemente el disco más árido y complejo de su carrera. Desde entonces han pasado cosas como que la pareja escribió e interpretó música para una pieza de danza contemporánea, que Alan publicó dos discos de su proyecto Retribution Gospel Choir y después los paseó en una gira que le trajo por aquí o que Robert Plant, un mito viviente del rock, incluyó dos canciones de ‘The Great Destroyer’ (‘Monkey’ y ‘Silver Rider’) en su reciente disco ‘Band Of Joy’. Lo cual, por supuesto, ha suscitado el interés por Low para un público hasta ese momento ajeno al slowcore de la banda de Duluth, Minnesota. Con ‘C’mon’, noveno álbum de estudio del grupo, parecen estar en el punto mediáticamente más álgido de su carrera y ellos han escogido que su productor sea un tipo que ha trabajado casi en exclusiva con productos como Ke$ha, Katy Perry, Paris Hilton, Justin Bieber, Leona Lewis o Avril Lavigne.


Pues sí, ese es el principal bagaje de Matt Beckley, hijo de Gerry Beckley (America). Pero también es cierto que ya había trabajado con considerable éxito en el segundo álbum de Retribution Gospel Choir y, en lo que se refiere a la producción y el sonido de ‘C’mon’, solo cabe decir cosas buenas. Y en este caso la forma de tratar el sonido, con diferencia el más limpio y luminoso de toda la historia de Low, se antoja fundamental en este disco. Ya en la misma apertura con la resplandeciente ‘Try To Sleep’ se advierte de una perspectiva más abierta, no tanto en la composición en sí como en la pureza con que cada instrumento y cada voz transmite. Si ‘Drums And Guns’ era un ejercicio hermético y asfixiante, ‘C’mon’, ya desde ese animoso título que se repite una y otra vez en el interior del digipack, es la bocanada de aire inmediatamente posterior, imprescindible para continuar con vida.

Podemos reconocer a los Low de siempre, sus melodías características con las clásicas armonías vocales de Mimi y Alan, pero en esta ocasión resultan más cercanos y naturales que nunca, probablemente gracias a los ecos y la reverberación de una grabación realizada en una iglesia-estudio cerca de su casa (la misma en la que grabaron ‘Trust’). Incluso en las canciones más pulidas y arregladas, como ‘You See Everything’ (que recuerda enormemente al gran ‘Secret Name’), logran transmitir la sensación (perseguida) de estar sonando en vivo, algo en lo que contribuye una sorprendente presencia de pianos (cortesía de Garrington) y la crudeza con que suenan las guitarras, abrumadoras en cortes como ‘Witches’ (¡ese solo!), ‘Done’, ‘$20’ o ‘Nothing But Heart’ quizá, junto a ‘Majesty/Magic’, la mayor joya del álbum, una pieza que arranca esquelética y que progresivamente va envolviéndonos en coros, percusiones y el lap-steel y la guitarra de Nels Cline (Wilco) hasta el escalofrío.

También encontramos los temas habituales en la lírica de Sparhawk: referencias religiosas (‘Majesty/Magic’ encaja como himno eucarístico), duda existencial (‘Especially Me’), paranoia alucinada (servidor sigue sin alcanzar a entender la referencia a Al Green en ‘Witches’) y la sombra permanente de la muerte propia o de los seres queridos (‘Done’, ‘Try To Sleep’, ‘Something’s Turning Over’). Pero en todo el álbum se palpa el amor como ideal, sublime en ‘$20’, una canción que el propio Alan ha dicho que le gustaría que sonara en su funeral porque expresa lo que le gustaría decir a su mujer y sus hijos como epitafio. ¿Se trata de una plaga? Como en el caso del más reciente álbum de Sr. Chinarro (aunque cada uno en su cosa), el último disco de estos veteranos es su disco más directo y accesible (más que ‘The Great Destroyer’, sí) pero no por eso peor ni menos disfrutable. Y culmina con una especie de epifanía acústica, ‘Something’s Turning Over’, en la que suenan felices cantando a coro con sus propios hijos, un caramelito envenenado por una derrotista letra que invita a los jóvenes a «salir mientras puedan», augurando un futuro terrible. Hay cosas que probablemente nunca cambiarán.

Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘Nothing But Heart’, ‘Try To Sleep’, ‘Majesty/Magic’, ‘$20’, ‘Done’.
Te gustará si te gustan: Red House Painters, Retribution Gospel Choir, Bill Callahan.
Escúchalo: NPR.

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: low