La organización recuerda el sold-out de cuatro de las seis ediciones realizadas hasta la fechas, pero añade que hoy la situación es distinta. «Parece que todo el mundo descubre Galicia y en especial A Coruña como el último reducto de la música electrónica y los festivales, ciclos o incluso fiestas (que poco o nada tienen que ver con nuestro concepto musical) se multiplican cada día. Por ese motivo y por el grado de diferenciación que siempre hemos buscado, nos vamos, sin hacer ruido, tal y como llegamos, quizá sea de manera temporal o permanente, eso el tiempo lo dirá. Pero lo que es seguro es que estamos incómodos dentro de la escena actual y preferimos poner un punto y aparte; quedándonos con el buen sabor de boca de nuestra última edición (la más completa y más cercana a nuestros sentimientos)».
La marca 981 no desaparecerá, aunque no se vinculará de momento al formato festival. «Intentaremos llevar nuestro criterio a otros puntos donde se necesiten propuestas independientes y de vanguardia, espacios donde las minorías tengan algo que decir y no haya escenas que no son tales».