Jamie Woon nunca se deja llevar por sonidos luminosos, sino que mantiene el tono lúgubre en todas sus composiciones, incluso cuando no están co-producidas por Burial, que sólo está presente en las tres primeras pistas del disco (las mejores, eso sí). De esta manera, la apañada ‘Shoulda’ y la vocoderizada ‘Middle’ completan una buena primera mitad.
En la segunda, en cambio, se desarrolla lo que dejaba entrever la rítmica y, por otro lado, excelente ‘Lady Luck’. En varias de las últimas pistas una guitarra nos recuerda más que nada a los tiempos en que confundíamos a Craig David con David Gray. ‘Echoes’ mantiene el misterio, pero en ‘Spiral’ uno se cansa de esperar que pase algo. ‘Gravity’ mejora con las escuchas, pero ‘Waterfront’ no tanto. La producción y las canciones en ‘Mirrorwriting’ son notables. Es sólo que parte del R&B para tirar hacia territorios más sugerentes como el dubstep y no al revés.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Night Air’, ‘Lady Luck’, ‘Street’
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