En todos tus discos, pero sobre todo en el último, ‘I See The Sign’, la enorme variedad de arreglos parece esencial. ¿Cómo te organizas en directo? ¿Sueles tocar con banda?
Bueno, he hecho algunos conciertos que captan la totalidad del espacio sónico de los discos, especialmente en el Tour ‘Whale Watching’ con mis compañeros de Bedroom Community, donde llevábamos cuerdas, vientos, electrónica y todo. Pero lo normal es tocar solo o con un compañero de banda. A España viajo con mi amigo Chris Vatalaro, que es un percusionista increíble, y también multiinstrumentista. Me encanta tocar solo o en formato dúo, porque es una manera más abierta de tocar. Puedes hacer cualquier cosa en cualquier momento. Así que lo que intento hacer es que ni el público ni yo sepamos verdaderamente qué es lo que va a pasar.
Tus últimos dos discos han sido producidos por Valgeir Sigurdsson, y los dos tenían colaboraciones de grandes artistas como Nico Muhly, Shahzad Ismaily, Ben Frost… ¿Cómo entraste en contacto con ellos?
Primero conocí a Nico en Nueva York cuando él empezaba a despuntar como compositor. Él llevó mi primer disco a Islandia y lo tocó para la gente. Me llevó allí y me encantó conocer a toda esa gente blanca tan amigable, y los volcanes de piedra lunar, los manantiales o el estudio de Valgeir, y pasar tiempo allí para hacer música con ellos.
Beth Orton, a quien admiramos mucho, también cantaba en aquellas canciones. ¿Cómo fue trabajar con ella? ¿Sabes si está preparando algo? La echamos de menos.
Conocí a Beth y me enamoré de ella y la traje a Islandia para que cantara conmigo. Está trabajando en un nuevo álbum y va a ser fantástico.
Todos ellos también colaboraron con tu amigo Thomas Bartlett (Doveman) y tú también. ¿En Vermont formáis una pequeña escena o en realidad no hay ninguna escena?
Thomas y yo hemos tocado juntos desde que tenemos siete años. Tuvimos un grupo de folk cuando estábamos creciendo donde tocábamos música de violines. Después nos mudamos a Nueva York al mismo tiempo. Nuestra escena en Vermont era sobre todo la escena de música folk actual y no fue hasta que nos mudamos a Nueva York cuando empezamos a trabajar en otro tipo de música. Pero desde que nos marchamos han pasado muchas cosas interesantes por allí.
Parece curioso que Muhly hiciera los arreglos de ‘All Is Well’ y los de ‘I See The Sign’ sean tuyos, aunque mantengan ciertos paralelismos. ¿Crees que te ha influido como músico o ha sido al revés?
En realidad ‘All Is Well’ y’I See The Sign’ se hicieron siguiendo el mismo proceso, con Nico desempeñando el mismo rol en los dos. La única diferencia es que un músico llamado Shahzad Ismaily tocaba muchos instrumentos en el disco más nuevo y eso abrió las cosas en cierto sentido. En ambos casos yo anotaba las versiones en solitario de las canciones, a las que luego añadíamos sonidos. Y en ambos casos Nico escribió y grabó los arreglos sin que yo los escuchara hasta después, lo cual fue muy divertido. Como tener regalos de cumpleaños por todo tu disco.
Es habitual que incluyas en tus discos versiones de gente como R. Kelly o Tears for Fears, que llevas a tu terreno. ¿Alguna vez has dejado fuera alguna versión porque era imposible de adaptar a tu estilo?
Muchas canciones son casi imposibles de versionar, como cualquier cosa de Bob Dylan por ejemplo. Pero de vez en cuando, una pequeña melodía te viene a la cabeza y tú te das cuenta de que puedes cantarla y convertirla en una canción de folk.
En ‘I See The Sign’ adaptas canciones de niños, populares… y las transformas en algo diferente y renovado. ¿Cómo te enfrentas a esas adaptaciones? ¿Las encuentras inspiradoras
Una de las cosas que tiene crecer con música folk es que dejas de preocuparte sobre si el cantante es el autor, porque en las canciones de folk «el compositor» es mucha gente a lo largo del tiempo, en realidad no es sólo una persona. No me importa si la persona que canta es la persona que escribió el tema. Simplemente quiero oír buena música. Como esto suele pasar, nunca he estado muy interesado en escribir canciones. Simplemente me encanta cantarlas. Pero a través de cantar canciones y entrometerme en las melodías y arreglos, a veces das con algo que es tuyo y es una buena sensación.
Parecen especialmente atractivas canciones como ‘How Come That Blood’, que tienen más ritmo del que suele presentar tu música. ¿Cómo va a ser tu próximo álbum?
No puedo predecir el futuro.
Tu último álbum es bastante viejo, ¿no tienes ningún plan para editar nueva música?
Intento predecir el futuro, pero no he logrado dar con esa habilidad aún.
Vemos en tu música algunas semejanzas con el Sufjan Stevens de antes de ‘Illinois’. ¿Te ves algún día actuando en el show de Letterman con cinta fluorescente?
¡Si me compras la cinta, me la pondré!
En serio, ¿qué opinas de Sufjan?
Me encanta, es amigo mío.
Tus padres son muy conocidos, músicos respetados en el viejo folk, y evidentemente eso se ha reflejado en tu música. ¿Qué piensas de sus discos?
Es verdad. Me apoyan en todo y adoran mis discos y no parece importarles que haya robado muchísimas canciones de ellos. Pero ellos también me han inspirado porque no parece importarles nunca de qué tipo de música se trate, están abiertos a todo y les encantan todo tipo de cosas, como Talking Heads, Bartok… Así que según fui creciendo, escuchaba mucha música folk, pero cuando mi hermano Stefan y yo aparecimos con discos de free jazz o Radiohead y hip-hop raro y cosas así, se interesaron mucho por escucharlo, discutirlo y probar de qué iba.
¿Qué dirías a nuestros lectores para animarles a ir a tus conciertos en España?
Si venís a mi concierto, os miraré a los ojos y gritaré algo realmente estúpido tan fuerte como me sea posible.
Gracias por adelantado.
De nada, en retrospectiva.
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