Temporal aparte, el sábado era el día de Peter Hook, que venía a Vilagarcía a presentar su particular revisión del ‘Unknown Pleasures’ a pocos días del concierto en el que hará lo propio con ‘Closer’ (coincidiendo además con el aniversario del suicidio de Ian Curtis). Por la mañana, y tras el pase de ‘Control’, el film de Anton Corbijn, Hook mantuvo un interesante coloquio con prensa y público donde confesó reconocerse en el retrato que se hace de él en la película, justificó la recuperación del legado de Curtis y bromeó sobre la negativa de los otros dos miembros vivos de Joy Division a participar en la misma. Luego, por la noche, el show fue otra cosa distinta. Con un bajo colgado al cuello (más testimonial que otra cosa, porque apenas lo tocó) Peter Hook saltó al escenario a hacer una versión hooligan a volumen ensordecedor de los grandes éxitos de Joy Division ante un público, para bien o para mal, emocionado. Si bien gran parte de los asistentes reaccionan bien (el propio Hook los cifró de manera exagerada en un 90%) y alucinan con la posibilidad de ver a una leyenda de la música tocando ‘She’s Lost Control’, ‘Digital’ o ‘Love Will Tear Us Apart’, también es cierto que fueron muchos los que optaron por marcharse al ver el percal. También se oyeron gritos de “fuera, fuera”, por fortuna no secundados, y algún triste insulto.
A primera hora, Diadermin estaban casi en familia (en el público estaban TAB, Franc3s, Nadadora, Carrero Bianco, Igloo y pocos más). Simpáticos e irreverentes, tocaron amagos de hit como ‘Pepiño Blanco’ o ‘Diviett En Una ETT o ‘Alístate’, pero su directo no acabó de cuajar del todo.
A los Franc3s se les notó inseguros y con algún problema de sonido, pero el infierno de ruido que crearon sobre el escenario resultó igual de imponente. Consiguieron ese gran hito que es tocar un tema (‘Me Gustaría Verte Sangrar’) totalmente desacompasados y aun así sonar muy bien.
El diluvio comenzó con Pony Bravo, sin que una cosa y otra tengan nada que ver. Los andaluces convencieron incluso a los que estaban allí solo para refugiarse del temporal. Repasaron ‘Un gramo de fe’ y aprovecharon la oportunidad del momento apocalíptico bajo la carpa para convertir ‘La Rave De Dios’ casi en himno del día.
Mirrors, elegantemente trajeados, con un cantante que entraría en el top 3 de bailes bizarros del festival junto a Nick Offer y Zippo, convencieron más cuanto más macarra se volvía su revisionista tecno pop ochentero. Era su primera vez en España y es probable que no sea la última porque sorprendieron y gustaron bastante.
Tanto Pony Bravo como Mirrors gozaron de tiempo extra gracias al retraso de Sexy Sadie, que tuvieron sus más y sus menos para llegar a Vilagarcía en medio del temporal. Al final lo hicieron, “a 180 km/h” según Jaime García Soriano, y saltaron directamente de la furgoneta al escenario sin apenas probar el sonido, que, con todo, fue impecable.
No sé si sería el rodaje de las canciones, los medios técnicos del festival o la reciente inclusión de Zippo (srasrsra) como el cuarto Triángulo de Amor Bizarro, pero el concierto de los gallegos fue espectacular. Isa comenzó diciendo que iban a dar “crema de cacahuete”, como así fue, y acabó maldiciendo el recorte del setlist que nos dejó sin, por ejemplo, ‘Isa vs. El Partido Humanista’. Rafa Mallo rompió la batería en la primera canción, ‘Mal Como Efecto De Mala Voluntad’, pero lo raro es que no lo haga en todos los conciertos.
Tras la rotundidad de TAB, sorprendió la tibieza de unos The Vaselines que parecían a medio gas. Demasiado planos, prefirieron repasar sus hits históricos (‘Molly’s Lips’, ‘Son Of A Gun’ o ‘Jesus Doesn’t Want Me For A Sunbeam’) y dejar un poco de lado su trabajo más reciente. El público también lo prefirió así.
London Guns, formado por un The Libertines y otro Babyshambles, buscan la diferencia con otros combos de DJ incluyendo percusión en directo al tiempo que pinchan grandes éxitos de éxtasis colectivo, algo así como un Soulwax meets Safri Duo. Más allá de este absurdo rizar el rizo, el resultado fue divertido y tremendamente eficaz como cierre del festival.
Foto: Flickr de Surfer Rosa.