Que la Pantoja ha hecho buenas canciones nadie lo duda. Que la copla, como género, merece un reconocimiento, nadie lo cuestiona. Que el nombre de Isabel Pantoja, su universo y su música son un guilty pleasure de lo más apetecible, tampoco. Que su ‘Marinero de luces’, su «se me enamora el alma» o su «hoy quiero confesar que vivo enamorada» deberían ser declarado patrimonio cultural de la noche borrachil, una verdad como un templo. Pero si lo que la Academia quería es ganar un poco de repercusión en unos premios que hasta ahora importan a los premiados y poco más, lo cierto es que han llegado un poco tarde. El Tomate ya no existe y Paquirrín se ha comido el protagonismo mediático de su madre.
Con este premio, Isabel entra en una lista peculiar de artistas que a lo largo de estos 15 años han recibido este galardón como María Dolores Pradera, Raphael, Montserrat Caballé, Enrique Morente, Miguel Ríos o Paco de Lucía. Casi ná. A ver si la Academia de cine toma nota y le da el Goya a la actriz revelación que se le escapó por ‘Yo soy esa’. Total, ya puestos….