Igual que vuestro álbum de debut, ‘Grinderman 2‘ cuenta con canciones crudas y directas como ‘Mickey Mouse And The Goodbye Man’, pero otras como ‘Worm Tamer’, ‘Heathen Child’ o ‘Evil’ hacen pensar que este nuevo LP tiene más que ver con el ritmo que con la crudeza. ¿Estáis de acuerdo?
Jim: «Sí, evidentemente hay mucho ritmo, pero también hay otro tipo de texturas y sonidos alocados. El primer álbum es mucho más directo, más simple, mientras que el segundo es más psicodélico, más complicado… no queríamos volver a hacer lo mismo otra vez».
Warren: «El segundo álbum es mucho más diverso, hemos tomado más riesgos. Con el primero no sabíamos de qué iba a ir el grupo, a qué íbamos a sonar… no teníamos ni idea de nada. Nos metimos en el estudio sin siquiera saber si íbamos a hacer algo de provecho. La mitad de ese disco suena a puro pánico, a nosotros intentando hacernos con nuestros respectivos instrumentos. Con el segundo, en cambio, ya nos habíamos ido de gira, y la idea de Grinderman estaba mucho más consolidada, todo estaba mucho más claro. Como dice Jim, no queríamos repetirnos, y por ello hemos arriesgado con el sonido, y hemos descartado todo lo que recordase al primer álbum o a los Bad Seeds. Creo que la única que tiene algo que ver es ‘Mickey Mouse’. En otras circunstancias, creo que mucho de lo que hay en este nuevo álbum no habría visto la luz del día. Por ejemplo, en el pasado nunca habríamos hecho una canción de tipo boogie como ‘Kitchenette’, pero en esta ocasión hemos decidido olvidarnos de nuestros tabúes musicales».
Las letras del disco, así como las portadas y dibujos que hay en él giran en torno a un lobo u hombre lobo y a una criatura demoníaca, y todo está dispuesto de manera cíclica, con un principio que se supone que es el nacimiento de la criatura y un final con la muerte del hombre lobo. ¿Es una especie de álbum conceptual? ¿Hay algún tipo de mensaje o historia subyacente?
Warren: «Con este aspecto hay también diferencias respecto al primer álbum, donde todo era un tanto confuso, mientras que en el segundo la temática estaba ahí desde el primer momento. Estos conceptos míticos nos rodeaban constantemente, y mientras tocábamos, las letras que iban saliendo trataban sobre lobos. Y que los mismos conceptos aparezcan a lo largo del álbum es algo inevitable, todas estas ideas nos estaban rondando por la cabeza todo el tiempo».
Jim: «Cuando entramos en el estudio, Nick, salvo un par de frases o tres, no tenía nada preparado».
Warren: «Con los Bad Seeds es distinto, pero con Grinderman no hay nada escrito antes».
Me atrevo a afirmar que Grinderman no difiere mucho de lo que hacéis en los Bad Seeds. ¿Qué os llevó a empezar este proyecto?
Warren: «Creo que la música es bastante diferente. Es una banda con un sonido distinto, y con la mitad de miembros. Y la manera en la que la música encaja con las letras es distinta también. Con los Bad Seeds, Nick trae una canción, y los demás buscamos la mejor manera de tocarla, mientras que en Grinderman vamos creando la música y luego la letra va tomando forma alrededor de los riffs. A mi modo de ver, son dos grupos distintos».
Jim: «¿Pero qué te hace pensar que hacemos la misma música? ¿A qué disco te recuerda?».
Bueno, tampoco digo que hagáis lo mismo. Simplemente, que hay pasajes de algún disco de los Bad Seeds que me recuerdan a Grinderman. Por ejemplo, alguna canción de ‘Dig, Lazarus, Dig!!!’…
Jim: «Ya, claro, al fin y al cabo somos la misma gente, es normal que algunas cosas se repitan, pero no te puede recordar a ‘The Boatman’s Call’, ‘No More Shall We Part’ o ‘Nocturama'».
Warren: «Y cada músico tiene un estilo determinado. Hay algo de lo que aporto a Grinderman, con una serie de instrumentos, que va a aparecer en otros proyectos, porque es inevitable. Es mi manera de tocar… la creación funciona así».
Cuando ‘Grinderman 2’ salió a la calle, al menos en España podías hacerte con un pack que incluía el disco en formato LP y CD, más un libreto grande y un póster, y todo esto por poco más de 15 euros. No es lo normal pagar un precio más que razonable por todo esto. ¿Estabais al tanto de esto? ¿Fue decisión vuestra o del sello?
Jim: «Eso es porque nos encanta España, y somos muy generosos».
Warren: «Está bien ofrecer todo eso al público, a costa del sello. No, en serio, no sé quién tomó esta decisión, pero me parece barato. Creo que pagué más por mi copia. Espero que te hayas comprado varios».
¿Qué clase de conciertos dabais cuando empezasteis con el grupo? Ahora al tener dos discos tenéis más repertorio, pero, ¿cómo hacíais para tocar un set de al menos una hora?
Jim: «Recuerdo que la última vez que tocamos en el Primavera, estábamos de gira, presentando nuestro primer álbum, y como no teníamos muchas canciones, empezamos a improvisar con ellas, alargando las intros y los finales y cosas así. Cuando vamos al estudio, siempre empezamos con improvisaciones, y así es cómo nacen las nuevas canciones, pero la experiencia del directo nos enseñó que también podíamos hacerlo en un escenario, y algunas de esas improvisaciones han acabado de una manera u otra en el nuevo álbum».
Jim, en los Bad Seeds compartes tareas de percusión con Thomas Wydler, pero en Grinderman eres el único batería. ¿Te sientes más libre, más creativo tal vez?
Jim: «Con otro batería hay que estar mucho más pendiente, todo tiene que estar muy fijado. Tienes que entenderte con el otro, comprender su estilo y anticiparte a lo que va a hacer. Thomas y yo llevamos haciéndolo desde hace mucho tiempo y nuestra relación es muy especial. En Grinderman la naturaleza del grupo te invita a probar cosas nuevas, pero no solo a mí, sino al resto del grupo. A veces esa libertad puede llevarte a buen puerto, y a veces a situaciones vergonzosas».
Nick dijo el año pasado en una entrevista que este año habría nuevo álbum de Bad Seeds. ¿Es cierto?
Jim: «Mentira».
Warren: «Si lo está grabando, será con otros Bad Seeds».
Jim: «Creo que ha estado muy ocupado este año, pero queda un halo de esperanza en el futuro».