En ‘Instalaciones’, destacamos la obra de Xulio Lago y Roberto Brañas, ‘Amplificador de secretos’. ¿Quién no ha unido nunca dos yogures como vía de comunicación? En esta ocasión, las medidas aumentan hasta llegar a los 2,2 metros de diámetro y 3,2 metros de largo. También una macro-proyección del mítico Comecocos tendrá lugar sobre la fachada del Hotel Bahía. El público no será un mero espectador sino que su participación será fundamental para activar el proyecto a través de «joysticks». Giles Walker firma una obra que presenta a unos particulares robots construidos con chatarra procedente de toda Europa. Por último, acción-reacción de la mano del artista Daniel Palacios. Su obra ‘Waves’ se construye a partir de un largo trozo de cuerda que se mueve por la cantidad de espectadores y sus movimientos frente a la obra.
En ‘Performances’, destacamos ‘Moita poesía, pouca diversión’. Lucía Aldao y María Lado llaman la atención a aquellos que miran la poesía de reojo al presentarla de una forma amena, con ritmo e interactuando constantemente con el público. Por otra parte, el artista Servando Berreiro bucea en ‘Synthoscope’ en la relación entre las frecuencias de audio y la representación visual de la misma a través de una performance audiovisual.
En la sección de ‘Talleres’, merece la pena reflexionar sobre los usos habituales del espacio urbano de ‘La calle es el terreno de juego’. Basurama propone que el espectador cree sus propias reglas de juego para reinventar el entorno. ‘Led Throwies’ o cómo convertir un LED, monedas y un imán en un lienzo.
En el apartado de ‘Proyecciones’, destacamos la visión de la película ‘Oscar’, dirigida por Sergio Morkin. Oscar es un taxista que aprovecha sus pausas para hacer de la publicidad una actividad artística y reivindicativa a través de collages y pinturas en el Buenos Aires actual. Más información en la página web del festival.