Toda la fuerza y el sonido que tienen en común Slug y Ant saltó por los aires en las primeras horas de la tarde durante el set de Atmosphere. El Village no estaba ni mucho menos lleno y acabar apretado en las primeras filas contra las vallas fue cuestión de poco esfuerzo. Y es que Slug, como excelente showman, mostró un pulido ejercicio de rap claramente atemporal que bordó con sonido clavado salvo un breve problema al empezar. Acabó quitándose las zapas y colgándolas del pie del micro.
Con mucha soltura y sin excentricidades, las composiciones de funk caleidoscópico de B. Bravo no desalojaron el aforo y embaucaron al público casual. No sería de extrañar un progresivo revuelo con futuros trabajos. A lo que menos sonó la voz de Dominique Young Unique, una vivaracha rapera de 19 años, fue a poco brillante o apagada. Apuntando maneras, actitud y tablas, mantuvo a raya a un público que no quería abandonar el Village. Un lujo con puntos en común con los inicios de Missy Elliott o con las raperas Yo Majesty!, a las que agradece su ayuda.
Hubo que esperar a que se despojara de su abrigo acolchado con capucha para ver en buena forma a un madurito Philip Oakey al frente de Human League, escoltado por Susan A. Sulley y Joanne Catherall, que lucieron modelos, joyas y botines de espejos. Hubo exaltación con temas de antaño como ‘Empire State Human’, el tándem ‘Mirror Man” y ‘Don’t You Want Me’ y algunos de su nuevo disco ‘Credo
‘, siendo el más celebrado ‘Night People’. El grupo ofreció una correcta actuación sin recurrir del todo a lo fácil ni tampoco arriesgar. Quizá les faltó una pequeña chispa para arrasar como otros veteranos que han acudido al festival.Gracias a la puntualidad y a la organización pudimos llegar a los últimos temas de Trentemøller en el SonarPub, permitiéndonos entrar en comunión con una salvaje y atronadora ‘Silver Surfer, Ghost Rider Go!!!’, que también caló en un muy numeroso público. Definitivamente su última gira es éxtasis en estado duro.
M.I.A. se hizo esperar, pero así pudimos disfrutar de la sesión previa de Munchi, una propuesta que tiene las simpatías de Diplo y que sirvió para entrar en el bombardeo de metralla de la ahora rubia con raíces en Sri Lanka. M.I.A. cumplió estrictamente lo mínimo. Sonaron machaconas canciones como ‘Meds and Feds’ y ‘Born Free’, pero el sonido, distorsionado y atronador, fue mejorable. Los congregados iban por verla a ella, pero el único subidón de verdad fue el de ‘Paper Planes’ y el de los audiovisuales, amén de ese momento en que un nutrido grupo de gente de la primera fila subió y se marcó un cuerpo a cuerpo con una corista y con un bailarín que parecía Vanilla Ice.