El escenario grande lo abrían Do Amor, un grupo brasileño que amalgama toda la tradición musical de su país desde una óptica moderna. El resultado es un pop para todos los públicos, fresco y desenfadado, ahora con pinceladas tropicalistas, luego con un toque psicodélico, más tarde con su punto noise, que resultó ameno para abrir la calurosa tarde, pero que tampoco dio mucho más de sí.
Ron Sexsmith hizo lo que pudo a una hora no demasiado propicia y con un público que, en su mayoría, no conocía al canadiense más allá de haber leído su nombre en el cartel. Pero cuando uno ofrece un recital tan delicioso como el que dio Sexsmith y conecta tan bien con el público, al final acaba ganándose incluso al más reacio. Muy agradecido por todo, por la sangría que le había preparado la organización o por el público que bailaba (por primera vez en uno de sus conciertos, según aseguró) durante ‘Thinking Out Loud’, tuvo su gran momento cuando al final de ‘Hard Bargain’ se arrancó con una miniversión del ‘Eres tú’. Presentó algún tema del reciente ‘Long Player Late Bloomer’ (‘Get In Line’, ‘The Reason Why’ o ‘Love Shines’) e hizo un repaso demasiado breve por todo su discografía, desde ‘Secret Heart’ hasta ‘Brandy Alexander’.
Agradecidos por volver a casa, se esperaba con expectación a Catpeople para comprobar cómo resultaba en directo el cambio de estilo de su tercer largo, ‘Love Battle’. Sorprendieron con los ecos africanos de ‘She was an astronaut’ o ‘Sorry’, con la que abrieron el set, pero en general la mezcla de canciones de sus tres trabajos (‘Radio’ o ‘Mexican Life’ del primero; ‘In Silence’ y ‘Coohagen’ del segundo) solo cuajó en momentos aislados. Como curiosidad, no tocaron ‘Stumble in Vigo’.
Otro que tiene por delante un camino difícil es Xoel López. La gente sigue esperando de él las canciones de Deluxe (aquí cayeron ‘Historia Universal’, ‘A un metro de distancia’ o ‘Pájaros Negros’), pero recibe con tibieza sus nuevas composiciones (‘Joven poeta’, ‘Caballero’ o ‘De palabra y arena’), que se supone formarán parte del nuevo trabajo que saldrá en septiembre. Y no es que sean desdeñables, todo lo contrario, pero carecen del gancho inmediato de aquellas. Rodeado como siempre de una buena banda, Xoel erró sin embargo en la inclusión en los coros de algunas componentes de Faltriqueira, cuyas voces agudas hicieron pasarse de exótica a más de una canción.
Los Campesinos! convencieron desde la primera canción, ‘In Medias Res’, a un público que necesitaba diversión y encontró en su pop colorido el preámbulo perfecto al concierto de Vetusta Morla. Quizá algo monótono más allá de la tercera canción, acabó sin embargo por todo lo alto gracias a la fuerza de las tremendas ‘You! Me! Dancing!’ y ‘Sweet Dreams, Sweet Cheeks’.
¿Qué decir del concierto de Vetusta Morla que uno no se pueda imaginar? Los madrileños, que hace tres años tocaban justo al otro lado de la ría de Vigo ante prácticamente nadie, ofrecieron un concierto interminable donde se corearon mucho más las canciones de ‘Un día en el mundo’ (‘Sálvese quien pueda’, ‘La cuadratura del círculo’ o ‘Valiente’) que las de ‘Mapas’, que tocaron casi íntegro, y que reafirmó a fans y detractores en sus posturas. Lo de siempre, vamos.
Para rematar la noche, ya con un cansancio considerable encima, Junior Boys presentaron ‘It’s All True’ en un set muy bailable pero simplemente correcto que de alguna manera decepcionó a los que esperaban encontrarse con un broche brillante a la noche.
Foto: Janite.