Dejasteis a un lado el rock garajero de ‘Strange House’ en favor del post-punk con tintes shoegaze de ‘Primary Colours’, algo bastante inesperado, y ahora vais y pasáis del post-punk, y os lanzáis a la psicodelia. ¿Qué os hace ser tan impredecibles?
Joshua: «No es que pasáramos del rock garajero, éramos muy jóvenes cuando salió el primer disco y simplemente queríamos hacer algo agresivo, pero nunca pensamos en sonar como una banda garajera, al hilo del revival del estilo Detroit. De ahí al segundo álbum fue una progresión natural. En este nuevo disco hemos querido espaciar más la música, hemos perdido el miedo a dejar huecos libres, y también hemos escuchado música más tranquila. No me asusta que podamos ser impredecibles, de hecho creo que es algo bueno en un grupo. Ojala todos los grupos fuesen así, en vez de hacer lo mismo disco tras disco, y cada vez peor. Espero que nunca caigamos en eso, sería muy deprimente».
De todos modos, etiquetar a ‘Skying’ de psicodélico no es suficiente. En él se pueden escuchar distintas corrientes musicales, desde el art rock estilo David Bowie de temas como ‘You Said’, ‘I Can See Through You’ o ‘Dive In’ hasta el estilo ochentero de ‘Still Life’. Creo que es vuestro álbum más ecléctico hasta la fecha. ¿Estáis de acuerdo?
Joshua: «Sí, totalmente, en efecto es nuestro disco más variado. Nos gusta mucho la psicodelia y nos gusta mucho David Bowie, especialmente su etapa berlinesa. También nos hemos interesado más en incluir sintetizadores y cosas por el estilo. Es nuestra manera de hacer las cosas… Aunque componemos juntos, cada uno de nosotros tiene influencias muy distintas, tanto que si te paras a analizarlo es de risa. Pero al final lo juntas todo y éste es el sonido».
Rhys: «Nos interesan distintos sonidos, como el de la costa oeste y su manera de puntear la guitarra, como los Byrds. También nos interesa el ritmo, un ritmo que te haga bailar».
¿Y quién aporta qué?
Joshua: «No es algo en lo que piense demasiado. Funciona así y ya está. Mejor dejarlo estar, si me pusiera a darle vueltas, tal vez se perdería la magia».
Los Horrors de 2011 tienen bastante poco que ver con los de 2006/07. ¿Cómo veis aquella etapa inicial con el paso del tiempo?
Rhys: «Fue el comienzo, nada más que eso. Nosotros juntándonos y tocando por primera vez, con ganas de hacer algo que motivase a la gente, algo al fin y al cabo que hiciese disfrutar a la gente».
Joshua: «Sí eso es. Es lo que hacíamos y hemos ido creciendo desde entonces».
¿Os arrepentís de algo de aquella etapa, como vuestro look?
Joshua: «Queríamos ser agresivos en el primer disco, prefiero centrarme en el aspecto positivo de todo aquello».
Rhys: «Para el look pensamos más en The Velvet Underground o Sisters Of Mercy que en otros grupos con los que se nos ha querido comparar».
El debut de Cat’s Eyes salió hace poco más de un mes y vuestro disco sale dentro de un mes. ¿No creéis que hay demasiado poco tiempo entre un lanzamiento y otro? ¿No teméis que un disco se coma al otro?
Joshua: «No, ¡qué va! Faris grabó ese disco hace un año, y tenía que salir tarde o temprano. Si esto hubiese sido un lío muy gordo, se habrían intentado modificar las fechas».
¿Qué papel ha jugado Craig Silvey en ‘Skying’? ¿Se puede comparar al que jugó Geoff Barrow en ‘Primary Colours’?
Rhys: «Sí, es muy parecido, porque en realidad hemos sido nosotros, The Horrors, los que hemos creado el sonido de cada disco, no ha sido cosa de terceras personas, y nos hemos involucrado aún más con este disco, porque lo hemos grabado y producido nosotros mismos, y luego Craig lo ha mezclado».
Joshua: «Geoff nos ayudó a confiar en nosotros mismos con el segundo disco. Nos dijo que tenemos nuestras propias ideas y que no necesitamos a nadie más».
¿Os habéis encontrado más cómodos grabando el disco, ahora que tenéis vuestro propio estudio?
Joshua: «Hemos tenido muchísima más libertad, evidentemente. Estábamos como en casa, y podíamos darle tantas vueltas a una idea como quisiéramos».
Rhys, ¿en qué momento decidiste dejar el teclado y pasarte al bajo?
Rhys: «Como tenemos la suerte de hacer lo que nos venga en gana, algunos días cogía el bajo, y de hecho la primera vez que probamos a cambiarnos los instrumentos, compusimos ‘Mirror’s Image’, y como fue algo tan guay, hemos preferido quedarnos así. Además, Tom (NdE: Cowan, actual teclista, anterior bajista) se ha ido interesando más y explorando el mundo de la electrónica. Fue algo muy natural».
Y tú, Joshua, ¿cómo describirías tu evolución como guitarrista?
Joshua: «A decir verdad, soy un guitarrista bastante inusual, porque odio el sonido de la guitarra. Me encanta tocarla, pero no me gusta el sonido que sale, así que intento de todas las maneras posibles que mi guitarra no suene como una puta guitarra (risas). Aunque me guste tocar la guitarra, no me inspira a tocarla el sonido típico, así que intento llegar a sitios distintos».
Comparando vuestras canciones largas con las más cortas, ¿cómo lo hacéis para mantener la tensión a lo largo de un tema de casi diez minutos, como ‘Sea Within A Sea’ o ‘Oceans Burning’? ¿En qué momento decidís dejaros llevar en cuanto a la duración de un tema, o por el contrario decidís parar?
Rhys: «No nos importa lo que dure un tema. No pensamos qué canción ha de durar tres minutos o cuatro. Dura lo que dura, hasta que sentimos que hemos dicho todo lo que teníamos que decir».
Joshua: «Nunca hemos tomado una decisión consciente de hacer canciones largas. ‘Oceans Burning’, por ejemplo, iba a ser una instrumental de treinta segundos, pero luego empezamos a añadirle partes nuevas. Es lo que tiene tocar con más gente, no sabes qué camino va a tomar una canción».
¿Cómo vais a juntar tres discos bastante diferentes entre sí en un concierto, de manera que haya una sensación de coherencia?
Rhys: «Creo que hay bastante coherencia entre los dos últimos discos, y estamos preparando un set para el verano con canciones de ambos, y suenan muy bien entremezcladas, como si estuvieran hermanadas. No sentimos la necesidad de tocar canciones del primer disco, estamos más interesados en lo que hacemos ahora».
Joshua: «Puede que en el futuro recuperemos algo, quién sabe».
¿Qué recordáis de vuestra cacareada primera vez en Madrid, en Moby Dick?
Rhys: «La atmósfera era bastante relajada. Todo estaba de lo más tranquilo, el público no prestó mucha atención, vinieron a vernos unas diez personas. La gente encargada del local fue muy amable, no hubo ningún tipo de problema. Nos fuimos con un ramo de flores y una tarjeta que decía «volved pronto» (risas).