Matt Elliott, aún con su vuelta al proyecto The Third Eye Foundation todavía reciente, se centró en su faceta (más o menos) folk. Presentó algunos temas nuevos junto a canciones de ‘Howling Songs’ (‘Something About Ghosts’ o ‘I Name This Ship The Tragedy…’ entre ellas) y alguna joya del pasado (sorprendente recuperación de ‘Also Run’).
Totalmente solo en el escenario, Elliott utilizó con gran maestría la técnica construir las canciones a partir de loops que iba grabando y modificarlos y controlarlos con pedales (un poco al estilo del concierto de David Fonseca
Unas canciones extraordinarias y una interpretación serena pero tan original como entregada y emocionante que, junto con la sintonía con el respetuoso público y lo envidiable del emplazamiento, dejaron a la mayoría de los asistentes con una extraña sensación a medio camino entre el abatimiento y la satisfacción. Sólo faltaron Manyfingers y Chapelier Fou. Eso ya para la próxima. 9.