La razón de esta decisión parece la bajada de los índices de audiencia. Si la primera temporada alcanzaba una media de 23.690.000 espectadores en Estados Unidos, siendo el cuarto programa más visto del país, la séptima temporada, que finalizaba el pasado 15 de mayo, mantenía ya sólo 11.850.000 espectadores, ocupando el puesto 26º de los programas más vistos del año, la posición más baja jamás ocupada por la serie.
Únicamente durante la cuarta temporada (la del tornado) remontó los datos de audiencia de una temporada anterior. La última ha dado unos cuantos bandazos entre los distintos novios de Bree, los problemas financieros y la enfermedad de Susan o la obsesión de Gabrielle con una muñeca, pero la serie aún tenía cierto encanto cómico dentro del género culebrón. El final de la séptima temporada, de cierta inspiración François Ozon en ‘8 mujeres’, avanzaba una octava temporada prometedora.