Cuéntanos cómo ha surgido este disco doble que estás grabando y cuál será su concepto. Sorprende que ya tengas 20 canciones (aunque al final has descartado dos) listas para grabar sólo cinco meses después de que se haya publicado ‘Presidente’, con toda la promoción, la gira de presentación…
No tengo veinte canciones, sino 29. O 30, no estoy seguro: tendría que organizar mejor mi humilde portátil y mi excitado cerebro. Muchas de ellas estaban hechas antes de empezar a grabar ‘Presidente‘. La fecha de publicación de ‘Presidente’ no es asunto mío. Hace un año estaba grabando. Ha pasado un año. Puedo hacer un disco por año. Era mi frecuencia habitual, no hay de qué extrañarse. Ni la promoción dura más de un mes ni hacemos giras al uso porque yo no toco en garitos mal acondicionados (o eso intento).
Y bueno, la pregunta obvia: ¿por qué no estará publicado, presumiblemente, como Sr. Chinarro? Me hace pensar en otros artistas que, llegados a cierta madurez artística, deciden dejarse de artificios y, bueno, dar la cara o algo así. Pienso en Bill Callahan (del que sé que eres fan) o Luke Haines, artistas con los que además veo cierto paralelismo contigo, no tanto en lo musical sino en la actitud.
También me gustaban mucho los Auteurs; agradezco la comparación. Lo de señor tenía gracia cuando tenía veinte años. Ahora tiene menos, esa es la verdad. Podríamos hablar de otras razones que tienen menos peso, aunque tienen alguno: evitaría en cierta medida comparaciones con diferentes épocas de una «carrera» (no me gusta esa palabra, de ahí las comillas) larga y variopinta, enlazaría mejor con el comienzo de mi «carrera» como escritor, en la que tengo puestas buena parte de mis fuerzas ahora (porque no necesito para escribir ni cables ni locales de ensayo ni quedar con nadie ni nada excepto el portátil: en este sentido he de decir también que volver a manejar el Garageband, el programa de Apple para grabar maquetas, ha sido clave para que pusiera en pie muchas ideas musicales e hilos argumentales -digamos-, que no terminaba de organizar a la manera de una canción al uso).
¿Y cómo son estas nuevas canciones? ¿Tan distintas a lo que has hecho antes como para descartar «las más chinarristas», como tú mismo has dicho?
Son un poco distintas, no mucho, puesto que también las he hecho yo. Pasa en todos los grupos que tarde o temprano quedan unas leyes no escritas acerca de qué es propio del sonido y del modo de narrar de las canciones que firman. Cuesta infringir esas leyes, porque aunque haya un líder carismático que componga, haga y deshaga, los músicos han de estar a gusto al tocar el repertorio, y a cada uno le gusta un tipo de canciones. Este mismo fenómeno se da entre los oyentes, seguidores, fans, melómanos… Yo quiero saltarme cada norma a la torera, despistar y despistarme. Por eso me dedico a esto. Me gusta ser el idiota que recorta el trozo de vidrio de la tienda de diamantes y se va con el trozo (Woody Allen también hace una película al año: les salen peores o mejores, pero las hace -Jordi siempre menciona este ejemplo-).
También está el cambio de personal de grabación. ¿Se debe también a esa intención de que no sea nada Chinarro? ¿Cómo surge trabajar con Maronda?
Por asuntos personales voy mucho a Valencia. En enero de 2009 tocamos en El Loco, presentábamos ‘Ronroneando’. Pablo Maronda nos teloneó. Es un chico culto y simpático, y no me cabe duda de que se dedicará a esto de la música mucho tiempo. En una de las muchas visitas a la ciudad que siguieron a la de aquel día, Pablo me llevó al estudio en el que andaba grabando su disco. Allí vi a Marc trabajando. Charlamos acerca de cómo grabar, etc. Había coincidido con él en bolos con La Habitación Roja, pero no nos conocíamos apenas. El estudio lo regenta Daniel Cardona, el baterista del disco de Maronda, también de Una Sonrisa Terrible. Toca bien, muy bien, así que si quería aprovechar mis viajes a Valencia para tocar con otros músicos y tocar otras canciones no tenía más que batir los ingredientes: el cóctel estaba servido.
Sin embargo, sigues haciendo tus bolos como Sr. Chinarro, lógicamente. Conciertos que, por lo que pude ver en Joy Eslava, muestran ya a un grupo muy compacto y engrasado. Fue sin duda el mejor concierto tuyo que he visto y de los mejores que he visto a un grupo español. Desde luego, dejas «un bonito cadáver»… ¿Piensas seguir trabajando con Jordi Gil y los demás, o prefieres dejarlo ahí de momento?
Por supuesto que pienso seguir trabajando con ellos, puesto que son unos músicos excelentes, nos llevamos muy bien y nos entendemos a la perfección. ¿Será por canciones? Ya he reservado el estudio de Paco Loco para el verano que viene (aunque Paco no me ha respondido: ¡se ve que hay indie para rato!).
¿Qué te parece la reacción de la gente ante ‘Presidente’? Ha tenido buenas críticas, pero hay un sector de tus fans que no ha quedado contento, porque lo consideran demasiado comercial, obvio o como quieran llamarlo…
Parece muy claro que canciones como ‘Vacaciones en el mar’, ‘El boxeo’, ‘Una llamada a la acción’ o ‘Una frase socorrida’ son de las más radiables que has hecho nunca, y muy especialmente la primera mitad del disco. ¿El resultado, artísticamente, es lo que tú buscabas?
Cito a Cortázar: «Forzando su espaciada ejecución -1937/1945- reúno hoy estas historias un poco por ver si ilustran, con sus frágiles estructuras, el apólogo del haz de mimbres. Toda vez que las hallé en cuadernos sueltos tuve certeza de que se necesitarían entre sí, que su soledad las perdía. Acaso merezcan estar juntas porque del desencanto de cada una creció la voluntad de la siguiente.
Las doy en libro a fin de cerrar un ciclo y quedarme solo frente a otro menos impuro. Un libro más es un libro menos; un acercarse al último que espera en el ápice, ya perfecto».
Por el contrario, en el disco tambien hay canciones como ‘María de las Nieves’ o ‘Babieca’ que parecen lo más serio que hayas hecho nunca, en un estilo bastante alejado del resto y que más te aproximan a ser un cantautor (en el buen sentido). Para mí, son lo mejor del disco. ¿Cómo las ves tú? ¿No parecen como un pequeño islote ahí en medio del disco?
No me gusta el orden de las canciones en el disco, to be honest. Creo que no volveré a delegar en ese punto concreto, no del todo al menos. Y me divierte que digas que son las que parecen más de cantautor (no hay mal sentido: hay malos cantautores -y muchos-). Me divierte porque yo creía que los talifans las consideraban, por el contrario, más próximas al Sr. Chinarro de hace diez años (simplemente porque son tristes: no creo que hayan estudiado las armonías ni nada de eso).
¿Qué hay sobre el vídeo de ‘Una llamada a la acción’? Contabas que estabas leyendo guiones y no parecías muy convencido de momento, ¿no?
Paso olímpicamente del tema de los vídeos. No me gustan. Me gusta el de ‘Push The Tempo’ de Fatboy Slim. Los demás no. Tendré que hacerlos yo con el Iphone. Soy un hacha con el Imovie.
En lo comercial, las ventas han ido razonablemente bien. ¿Fuiste consciente de que llegaste a ser Top 17 de la lista de ventas Afyve? Esto es algo que parece que ya está devaluado, pero no sé si alguna vez pensaste que ocurriría… Porque al final es un poco lo que soñarías que ocurriera cuando empezabas, ¿no?
Yo sueño cosas muy raras, créeme.
Resulta como poco curioso que este año hayáis publicado discos tú, Nacho Vegas y Fernando Alfaro, todos con considerable éxito de crítica y de público, todos provenientes de los primeros pasitos del indie en nuestro país, lo cual puede hacernos pensar en una madurez (otra vez, lo siento) de aquella escena. ¿Has pensado en ello? Precisamente, con motivo de tu reciente concierto en Gijón junto a Vegas y Lapido, hablabas en Facebook de una especie de resistencia de la vieja guardia frente a los nombres recurrentes del pop nacional (imagino que Vetusta Morla, Love Of Lesbian, Russian Red, etc.) en muchos festivales…
Lo primero es una casualidad. Lo segundo la esperada -por la industria- llegada de la estandarización a un movimiento que empezó como algo espontáneo y pobre y ha acabado con los ramalazos groseros de los nuevos ricos. Atención: esto no quiere decir que no me alegre de que haya compañeros que triunfen. Creo que esos tres grupos que mencionas se lo merecen, que tocan bien y que hacen buenas canciones. Hablo de cómo se hace de la clientela un rebaño homogéneo y manejable: de eso se encarga La Empresa (puesto que La Cultura, entendida como trabajo, como proyecto a medio y largo plazo, sobra en este país). I mean: una hamburguesa es fast food aunque la carne sea buena. El rabo de toro lleva un ratito.
Sorprende un poco lo muy activo que eres en Facebook, cuentas muchísimas cosas y reflexiones, a menudo con cierto toque literario. Llegaste incluso a pegar capítulos (¿o incluso toda entera? No lo recuerdo bien…) de tu próxima novela. Desde luego es poco habitual en grupos y artistas, una comunicación tan directa. ¿Te sirve un poco de escape o simplemente te dejas llevar por el exhibicionismo?
Puse dos capítulos. Estrategia promocional. Lo del FB, etcétera es porque me sirve de escape, por exhibicionismo y, sobre todo, porque tengo cosas que decir. Por eso también hago música y escribo todo lo que escribo, da igual el medio.
Y para terminar, y hablando de la nueva novela… ¿Tiene ya título? ¿Crees que libro y disco verán la luz a la vez?
La novela se llama ‘Exitus’. Y se llamará así, supongo. No tienen por qué coincidir. Además, tengo entendido que la novela la publicará El Aleph y el disco Mushroom Pillow: creo que sus responsables respectivos no se conocen personalmente.
Foto: Luis Díaz Díaz.