Cesária confesó en una entrevista a Le Monde que se encontraba «sin fuerzas y sin energía». Entre bromas, la artista culpaba de sus problemas de salud a las «batatinhas», un plato criollo de Cabo Verde que los médicos le habrían prohibido expresamente por su alto contenido graso. La «diva de los pies desnudos» abandona los escenarios tras más de dos décadas de trayectoria musical. Un grammy, más de seis millones de discos vendidos y su maestría para combinar el fado portugués, la «modinha» brasileña y el folclore angoleño (a veces en revisión house
vía gente como Carl Craig) avalan el poderío de una artista que dio a conocer las desgracias de sus compatriotas.