Quizá sea ese el motivo por el que los maños han huido de un disco repleto de himnos, y han optado por algo que es más difícil de tararear tras la primera escucha. Pese a ello, tampoco se puede decir que algunas de sus canciones no lleven escondidos estribillos y estrofas con una innegable marca de la casa. Y quien diga lo contrario es que no ha escuchado con suficiente calma ‘Esperando un resplandor’, ‘Montaña rusa’ u ‘Hoy es el principio del final’. Es probable, eso sí, que este disco contenga más baladas y medios tiempos que ningún otro, y que algunos echen en falta canciones como ‘Revolución’ para romper el tempo del disco. Pero no se trata de una rara avis en su carrera, ‘Amaral’ y ‘Una pequeña parte del mundo’ ya habían iniciado con anterioridad la senda que ahora recorre este nuevo trabajo.
‘Hacia lo salvaje’ es, con respecto a sus dos últimos álbumes, un auténtico ejercicio de contención. Por un lado porque está limitado a doce cortes y a una edición deluxe con versiones en acústico que merece la pena escuchar, muy al contrario que el interminable disco doble ‘Gato Negro, Dragón Rojo’, donde algunas canciones absolutamente geniales lucían más bien poco. Del mismo modo, parece que el dúo ha huido tanto de los artificios de producción como de las florituras vocales de Eva. Así que sí: todos los detalles apuntan a que estamos ante un típico tópico musical: un disco de madurez más calmado, ligero y mucho más reflexionado.
En ‘Hacia lo salvaje’ no faltarán, por tanto, ritmos más o menos pegajosos y estribillos fáciles de cantar en modo estadio. Desde la anteriormente mencionada ‘Esperando un resplandor’ hasta su tímida incursión en la canción protesta con ‘Un martillo en la pared’. Pero tampoco faltarán esas canciones típicas de Amaral, los singles escondidos que realmente les han dado la fama. ‘Riazor’ se convierte así en el nuevo ‘Siento que te extraño’, ‘Te necesito’ o ‘Cómo hablar’: una canción firme y honesta que sobresale tanto entre las demás que sabes que no ha sido elegida antes como single a propósito. Una canción con suficiente tirón como para olvidar posteriores traspiés como ‘Van como locos’.
Como siempre, era imposible que un cambio como este en torno al grupo no tuviese ningún tropiezo. Quizá alguno hubiese sido fácilmente salvable, como esa referencia a ‘Poltergeist’ un poco forzada, o alguna de sus letras que huele sospechosamente a ripio en algunos de sus versos. Pero ‘Hacia lo salvaje’ sí merece -al menos- un par de oportunidades. Siempre que uno se haya despojado previamente de todos los prejuicios, claro. Y es que Amaral siguen hablando de historias cercanas, de amores imposibles y de relatos que tienden a acabar mal. No se libran de un cierto toque cursi (menos de lo que parece), pero muy pocos se libran de sonar cursis en semejantes circunstancias.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Riazor’, ‘Hoy es el principio del final’, ‘Esperando un resplandor’, ‘Hacia lo salvaje’.
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