Bonnie «Prince» Billy, impecable en Madrid

Will Oldham regresó a Madrid con un llenazo absoluto de la sala Joy Eslava. Muchos de los que allí estábamos recordamos todavía el buen sabor de boca que dejó su anterior visita al mismo recinto, en 2008. En esta ocasión ha venido acompañado por una formación diferente pero igualmente excelente. Danny Kiely (contrabajo), Ben Boye (teclado), Angel Olsen (voz) y Emmett Kelly (guitarra y voz) se encargaron de dar vida al extenso repertorio de Oldham bajo su alias de Bonnie «Prince» Billy, dejando al público boquiabierto.

Desde su anterior visita, al músico nacido en Louisville, Kentucky, le ha dado tiempo a lanzar tres LPs y varios singles. Pero el concierto mantuvo el espíritu de su último lanzamiento, ‘Wolfroy Goes To Town‘, con un aire tranquilo e intimista. Por toda percusión había una pandereta que sonó más en el suelo cuando Oldham u Olsen pisaban con fuerza al ritmo de las canciones, o los palmeos de Kiely a la madera de su contrabajo. Sin embargo, las guitarras de Kelly (que hizo unos fantásticos solos, llenos de buen gusto) y el propio Oldham sonaron en todo su esplendor, puede que un pelín fuertes para el que esto escribe.

Hay que decir que la compenetración entre las voces era espectacular. A eso ayuda que el histriónico autor de ‘Love Comes To Me’ -que no estaba incluida en el repertorio- canta cada vez mejor. Me cuesta pensar en alguien que alcance las cotas de emoción de Bonnie «Prince» Billy con su voz. Quizá el momento más intenso de la noche fue cuando arrancaron, en la última mitad de su actuación, una ‘I See A Darkness’ (vídeo en nuestros foros

) que se llevó los vítores de un público sumamente respetuoso, callado y expectante pero que se lanzaba a aplaudir rabiosamente cada vez que una canción acababa y esperó en vano un segundo bis hasta que comenzó a sonar a través de los altavoces ‘The End’ de The Doors (una práctica común en la Joy Eslava para indicarle al público que por mucho que no queramos el concierto ha tocado a su fin). Antes, se llevaron otras grandes ovaciones una emocionante ‘You Want That Picture’ y la reciente ‘Quail & Dumplings’, en las cuales la adorable Angel Olsen (cuando no cantaba se dedicaba a bailar tímidamente) le daba a Oldham una réplica a su altura.

Si algo se puede achacar al concierto, igual que a su último LP, es la excesiva tranquilidad del repertorio, que no por ello dejaba de ser menos bello. Así que poco antes del final, Oldham, impecable con un traje negro (ni siquiera se desabrochó los botones de la chaqueta en toda la actuación), pidió que se encendieran todas las luces del escenario, incluido el rosetón multicolor que estaba a su espalda, de forma que se adecuaran a la extroversión y explosión de alegría de ‘Beware Your Only Friend’. Como punto final interpretó una versión luminosa de ‘I Called You Back’, canción que cierra su álbum de 2006 ‘The Letting Go’ y que puso punto y final a un concierto que ha dejado uno de los mejores sabores de boca en lo que va de año al público de Madrid. Ya estamos esperando el regreso de Mr. Bonnie «Prince» Billy.

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Publicado por
Marcos Domínguez