Nacho Umbert & La Compañía / No os creáis ni la mitad

Qué suerte que Nacho Umbert decidiera volver a la música el pasado año con ‘Ay…‘, su primer disco en solitario quince años después de formar parte del grupo Paperhouse en los 90. Ya con él, el barcelonés pasó a engrosar la selecta lista de cantautores de nuestro país capaces de absorber influencias de calidad y aglutinarlas en una personalidad y universo propios. Y más suerte aún es que haya decidido no tomarse tan relajadamente este año II de su nueva identidad artística, y ya tengamos disponible su segundo disco. ‘No os creáis ni la mitad‘ es un álbum que aprovecha la inercia de ‘Ay…’, continuista pero con sutiles e interesantes diferencias.

Umbert de nuevo pone la producción del álbum en las expertas y hábiles manos de Raül Fernández, Refree, con el que ya trabajó en su debut. Pero si en aquel disco se encomendaban en gran medida a un sonido poderoso de violines y cellos, en esta ocasión la variedad y riqueza de sonidos y texturas es mayor, haciendo crecer la propuesta de Umbert. Teclados (pianos, especialmente), guitarras (sobre todo eléctricas), percusiones y coros, todos suenan sutiles y exquisitos, y la sensación de banda sólida es mayor, aunque todo el álbum haya sido grabado por Nacho y Raül, con la ayuda en las voces de las dos Pauline En La Playa y Cayo Bellveser, de Maderita. Puestos en una balanza medidora de estribillos pegadizos, hay que reconocer que esta se inclinaría levemente hacia su primer álbum, pero ‘No os creáis ni la mitad’ tiene otras virtudes.

Hay canciones que podían haber estado en ‘Ay…’, como el gran corte que abre y titula el disco (que de nuevo recurre al pop de los 80 de la manera en que lo solía hacer Antonio Luque) o ‘El Sr. Esteve’, pero los aires cubanos de ‘La moral distraída’ o la (solo aparente) sencillez de ‘Una chica espectacular’ y ‘Superhéroe

‘ introducen nuevas facetas que dinamizan el conjunto. En general se advierte un aire levemente más festivo y más pop, y resulta frecuente que las mismas canciones muten y adquieran diferentes formas en su duración. Así ocurre que ‘Cuatro señoritas’ cambia de ritmo constantemente, adaptándose con gracia al relato, ‘Nuestra especialidad’ alterna lo sombrío y lo amable, como la misma temática de la canción. Entre todas, destaca especialmente el single ‘El mort i el degollat‘, con una melodía y unas palmas irresistibles, sin duda el tema más inmediato que haya escrito hasta hoy.

Las letras vuelven a ser un aspecto fundamental y en esta ocasión Umbert prosigue demostrando su tino para alternar fantasía y cotidianeidad, un costumbrismo tan sincero que a veces incomoda, como si uno sintiera que se está metiendo en los pensamientos más íntimos de sus protagonistas. Ya sea exponiendo las vergüenzas de una burguesía hipócrita y patética, en ‘El Sr. Esteve’ y ‘Cuatro señoritas’, mostrando la verdadera cara de una pareja que no se ama y maquilla su desastre personal con triste habilidad en ‘Nuestra especialidad’, o mofándose de un ‘Cassavetes’ de poca monta, Umbert es capaz de arrancar una sonrisa solo unos segundos después de hacer apretar la mandíbula.

Lo mejor es que también introduce un interesante registro en el que Nacho hace divertidas autorreferencias personales y artísticas, mezcladas con imaginación y fantasía. Tanto ‘No os creáis ni la mitad’, un ágil resumen del renacer al pop que supuso su debut, como la final ‘La pensión Maravillas’, una supuesta peripecia onírico-etílica durante un bolo en Madrid, presumen de un personal y blanco sentido del humor, una cualidad que se hace necesaria en nuestra escena.

Calificación: 7,8/10

Temas destacados: ‘El mort i el degollat’, ‘No os creáis ni la mitad’, ‘Nuestra Especialidad’, ‘Cuatro señoritas’.
Te gustará si te gustan: Refree, El Hijo, Sr. Chinarro.
Escúchalo: en Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén