Es cierto por otro lado que no tienen más conejos que sacar de la chistera, pero cuando una fórmula funciona tan bien es difícil arriesgarse y abandonarla en favor de otros experimentos. Su set fue muy equilibrado, y salvo su primer LP, repasaron todos los demás, con temas como ‘The Birth And Death Of The Day’, ‘Yasmin The Light’ o ‘Your Hand In Mine’. Evidentemente no faltaron cortes del notable ‘Take Care’, como ‘Last Known Surroundings’ o ‘Postcard from 1952’.
Entregadísimo, el público celebraba cada altibajo, y se vivieron momentos especialmente emocionantes cuando las canciones pasaban de la tranquilidad al estallido sonoro. Lo mejor, tal vez por lo singular, lo dejaron para el final, con la increíble ‘Let Me Back In’, pieza que cierra su último álbum y que pone la piel de gallina con ese sampler que parece una psicofonía y ese andar tristón de la batería y las guitarras. Se despedían tras hora y veinte de actuación, y fue el propio Rayani quien justificaba, ya en inglés, la ausencia de bises, alegando que no les quedaban más fuerzas, que todo lo que tenían que dar, lo habían dado. Cierto es que no se les podía pedir mucho más, que su entrega había sido total (parecían vivirlo tanto como si fuera la primera vez que tocaban esos temas ante un recinto lleno hasta la bandera), pero no pudimos evitar quedarnos con una pequeña sensación de coitus interruptus. Pequeña, eso sí, que la que predominaba era la de satisfacción. 8
.Trío proveniente de San Francisco, The Drift están acompañando a EITS como teloneros, y trajeron una propuesta similar, aunque más atmosférica, y centrada más en texturas que en punteos, con un bajo bastante más predominante que la guitarra. Presentando ‘Blue Hour’, su reciente LP, la banda dejó buen sabor de boca con sus sinuosas canciones. 7.
Foto: Ricardo Feiticeira en CC para Flickr.