El dúo formado por Marc Ribera y Laura Antolín, en su momento miembros de Abrevadero, se ha convertido en quinteto e incluye aquí en su versión definitiva dos de las canciones que formaban parte de su maqueta. ‘Cruzo los dedos’ cuenta con una base rítmica bastante country sobre la que se va imponiendo una suerte de theremin acreditado concretamente como «sierra musical». El efecto podría acercarse al Bright Eyes de 2005, que se movía entre la devoción por el clasicismo y la fascinación por otros universos sonoros, y lo mismo podría decirse sobre esa letra que, desde la gran urbe, plantea grandes enigmas emocionales de siempre, como el amor, la soledad y la amistad («en esta ciudad que cada día es más pequeña (…) es difícil relacionarse y más hacer amigos y los pocos que se tienen, son difícil de mantener. Cruzo los dedos para que no me falles tú también»).
El resultado de esa mirada hacia el entorno, entre la decepción constante y la esperanza, es cercana a formaciones como Magnetic Fields y como estos, también parecen seducidos por tratar lo metamusical. La otra canción contenida en este single, considerado una doble cara A, habla sobre la creación y recibe el ilustrativo nombre de ‘Artista revelación’. Los primeros acordes que parecen responder a una improvisación a la guitarra hecha en una tarde de domingo cualquiera introducen unas cuantas reflexiones sobre la creación, el deseo de éxito, la autocensura, el deseo de perdurabilidad y la holgazanería. No es una presentación arrogante a lo ‘Rock’N Roll Star’ de Oasis. Las dudas y su deliciosa languidez son las que hacen de este grupo una revelación cada vez más clara.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Cruzo los dedos’
Te gustará si te gusta
‘Música para cerrar las discotecas’, clarísima cara A, encuentra su principal virtud en la literalidad de su título y de su letra. La canción comienza hablando sobre la adicción de salir, como ‘La fuerza’ de Kokoshca, pero es mejor aún cuando justifica su razón de ser: «hay un nicho en el mercado que aún está por exprimir, es la música para cerrar las discotecas, algo que bailar si el final se acerca y que nos permita salir de aquí». Doble Pletina no sólo reflexionan sobre un interesante tema sobre el que se podría escribir un libro. ¿Qué es mejor para cerrar: ‘El bello verano’ de Family, ‘No tengo miedo al futuro’ de Astrud o ‘Vacaciones’ de Carlos Berlanga? ¿Quizá un clásico asumido por todos como ‘Creep’ o ‘Where Is My Mind’? Lucas Arraut preguntaba a varios dj’s para El País sobre este asunto y casi todas las opciones se debatían entre lo épico y lo bailable. Lo mágico de la canción de Doble Pletina es que tiene de las dos cosas y en sí misma resulta la canción perfecta para cerrar una sesión.
La cara B del single, ‘Eso hacíamos’, cambia de tercio, comenzando casi como un tema paralelo al ‘Posponías’ de Single para transformarse después en un nuevo recuerdo de los amigos que ya no lo son, que mantiene un punto medio entre la nostalgia, la ironía y la culpa. Un tema que nos recuerda que nada queda cerrado aquí sino todo lo contrario. Se abre un mundo de posibilidades que seguir de cerca cuya próxima parada es un nuevo single con Jabalina el próximo mes de marzo.
Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Música para cerrar las discotecas’
Te gustará si te gusta: Dënver, Hidrogenesse
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