Creada en 1927, Pan American World Airways (más conocida popularmente como Pan Am) era una de las aerolíneas que, desde su central en el JFK de Nueva York, lideraba la nueva era de la aviación comercial, con bien de vuelos trasatlánticos y aviones modernos. Es precisamente aquella época, cuando no salía un vuelo a Berlín cada hora y media y cuando volar costaba poco menos que un ojo de la cara, la que recrea esta serie de la ABC, uno de esos bluffs con los que nos ha obsequiado esta temporada: mucho ruido y pocas nueces.
A pesar de estar avalada por Jack Oman (‘Urgencias’) como creador y por Thomas Schlamme (‘El Ala Oeste de La Casa Blanca’) como director de algunos capítulos, ‘Pan Am’ no llega a ofrecer todo lo que se podría esperar de ella. En una especie de amalgama entre peleas de compañeras de trabajo, dramas familiares, tramas políticas y líos de faldas, al final el espectador termina un poco abrumado. En cada capítulo tienen lugar varios nudos de larga duración que van tejiendo un todo con respecto a la serie, pero que se desinflan a medida que van pasando los episodios, porque el espectador va perdiendo interés. Un problema que lidera especialmente Kate Cameron (Kelli Garner) en el papel de una azafata reclutada por el servicio de inteligencia americano en plena Guerra Fría que termina cumpliendo todos sus encargos, pero cuya actitud es tan pusilánime que aburre a las moscas.
Ni siquiera Maggie Ryan (Cristina Ricci), una deslenguada azafata que siempre está metida en todos los jaleos posibles, es capaz de levantar un poco el ánimo a los televidentes, que a día de hoy se han reducido a la mitad (de once millones de espectadores en su estreno a poco más de cinco millones en su último capítulo). Algo que deja bien claro que no es necesario gastarse millones de dólares en una producción como esta (cada capítulo se ambienta en una ciudad distinta: París, Berlín, Jakarta, Monte Carlo…) para poner en marcha un culebrón de pilotos y azafatas. El gran error ha sido, sin duda, dejar a un lado el drama histórico con el discurso de Martin Luther King o de Kennedy en Berlín, o incluso pasar olímpicamente de la baza del feminismo (las mujeres se veían obligadas a pesarse antes de cada vuelo, ponerse fajas y a renunciar a su trabajo cuando se casaban) para pasar a una historia de amor con unos pilotos que encima… ¡ni siquiera son guapos! Eso sí, nunca se vio semejante colección de culos enfundados en faldas tubo en la televisión internacional.
Calificación: 5,5/10
Destacamos: le pasa como a ‘Terra Nova’, al final engancha un poco. Eso sí: no te morirás por ver el siguiente capítulo.
Te gustará si te gustan: los culebrones.
Predictor: Va en caída libre. ¿Llegarán a cancelarla?