No son precisamente un grupo fácil. Tres temas del álbum, ‘Glass Deers’, ‘Native Speaker’ y ‘Same Mum’, superan con holgura los siete minutos y consisten básicamente en desarrollos lisérgicos y abstractos basados en guitarras limpias, voces etéreas y arpegios. Sin embargo, las melodías, muy influidas por la banda de Baltimore, y más concretamente por uno de sus miembros, Panda Bear, son bonitas y sencillas.
El resto de las siete canciones del LP siguen un patrón similar, aunque de menor duración. ‘Lemonade’ empieza poco a poco, casi tímidamente, hasta convertirse en oleadas de arpegios, con una batería que recuerda a ‘Did You See The Words’ con la diferencia de que aquí encontramos una voz femenina. ‘Plath Heart’ comienza con unos teclados ochenteros y es quizá la menos apegada al legado ‘Feels’; en este caso, la voz de Raphaelle Standell-Preston y sus florituras recuerdan mucho a las de la Joanna Newsom de ‘Ys’. ‘Lammicken’ se introduce en unos ambientes no tan ondulantes y más oscuros, propios de otro pop delicado y etéreo. Y ‘Little Hand’, pieza que cierra el disco, es un instrumental que resume toda las querencias de los canadienses y quizá el tema más olvidable de este ‘Native Speaker’.
Estamos ante una buena colección de canciones que son muy deudoras, quizá demasiado, de unas referencias muy precisas. El mérito estriba en que estas influencias no han sido muy exploradas por otros músicos y en que, a pesar de tratarse de pop experimental algo denso, no deja de ser pop; es decir, todo aparece visto desde el prisma de la sencillez. Si estás cansado de grupos de pop facilón e insulso que solo buscan el meneo sin mucha más historia detrás quizá ‘Native Speakers’ te resulte una agradable sorpresa.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Lemonade’, ‘Plath Heart’, ‘Lammicken’
Te gustará si te gustan: los Animal Collective del ‘Feels’, Cocteau Twins
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