Russell se ganó los apodos de polémico y transgresor por la polémica desatada en cintas como ‘Mujeres enamoradas’. Fue con esta película con la que el británico consiguió cuatro nominaciones a los Oscar, entre ellas a la categoría de mejor director, consiguiendo finalmente una estatuilla Glenda Jackson como mejor actriz. Su agrio retrato sobre la corrupción en el seno de la Iglesia reflejado en ‘Los demonios’ (basada en una novela de Aldous Huxley) le valió para ganarse el apodo de irreverente en gran parte de EE UU, siendo censurada su película en varios estados.