Modernos de toda clase y condición acuden, casi con fervor religioso, al Underground Rebel Bingo Club, una fiesta en la que lo importante son las formas. Primero, es necesario hacerse con una entrada on-line o en los puntos de venta autorizados, siempre dando previamente una contraseña secreta que se puede conseguir (más o menos fácilmente) en Internet. Y después, hay que esperar hasta el día del evento, en el que se recibe un mensaje en el móvil desvelando la localización exacta de la jarana.
Organizadas en torno a una temática diferente, cada fiesta tiene un punto álgido, y poco importa quién pincha, toca o qué otras actividades hay durante el tiempo que dura. Porque aquí lo importante es, como su propio nombre indica, el bingo. En todas las ediciones, el comienzo de la fiesta está animado por un juego de bingo en el que se ganan diversos premios de lo más extravagante.
Siendo muy marcado el carácter itinerante de esta fiesta, no cabe pensar que se va a celebrar durante mucho tiempo seguido en una misma ciudad. Es por eso que, este 10 de diciembre la fiesta se despide de la ciudad de Madrid, probablemente con otro destino en mente (desconocemos todavía si se trata de un destino nacional o no) y es por eso que se cierra, en la capital, no solo una de las fiestas que más hipsters ha atraído por metro cuadrado, sino también una celebración que hacía infinitamente más divertidos nuestros días laborables.