A Drake se le odia o se le ama. No hay término medio. Como cantante de R&B puede conseguir un registro personal, íntimo y sensible, mientras que como rapero, su sello de alargar las estrofas hasta lo impensable suele sacar de sus casillas a los amantes del género. Si hay una canción que marca el contenido del disco es esa que da nombre a todo el álbum: su colaboración con Rihanna, producida por Jamie XX, que toma el remix que el miembro de The XX hizo de la versión de Gil Scott-Heron del clásico ‘I’ll Take Care Of You’ de Bobby “Blue” Bland. El diálogo entre la cantante de Barbados y el canadiense declarándose su amor incondicional es el que determina la temática del disco, porque a pesar de todo, es de eso de lo que trata ‘Take Care’, una crónica sobre las relaciones amorosas.
Al igual que Terius Nash se abría en canal para documentar su dolor a través de las canciones de ‘1977’, Drake le canta a su amor perdido con el mismo sentimiento y la misma nostalgia. En ‘Shot For Me’, cuando repite “That’s me” constantemente al final de cada frase, consigue que se nos encoja el corazón. En ‘Marvin’s Room’, que interpreta supuestamente borracho a través de un teléfono, se ríe de la nueva pareja de su ex. O lo mismo le da la vuelta a la tortilla y pasa de víctima a verdugo, como en ‘Doing It Wrong’, haciéndole ver a su pareja que el amor se ha acabado y que el miedo a ver cómo rehace su vida la otra persona no es suficiente para no terminar una relación. En este último tema, la colaboración de la leyenda Stevie Wonder a la armónica nos hace olvidar que estemos escuchando un disco de un rapero, una de esas baladas que lo mismo nos reconcilian con el mundo entero que nos hunden en la miseria durante los cuatro minutos que dura.
Pero hay otra cara, otra historia que contar. La del rapero que con un primer disco consigue meterse en listas de medio mundo, del que todo el mundo habla, recibe premios y que todos quieren en sus temas. Drake también habla de las consecuencias de la fama. En ‘Headlines’ cuenta cómo la gente le recrimina que ya no es el mismo de antes y en la excelente ‘Crew Love’, que produce y en la que colabora su admirado Abel Tesfaye de The Weeknd, recuerda el orgullo de gastarse el dinero que ha ganado en las personas que ama.
Definitivamente la influencia de su compatriota The Weeknd es evidente en el sonido del disco, mucho más oscuro y minimalista. Incluso las canciones con más ritmo como ‘Make Me Proud’ o ‘We’ll Be Fine’ suenan con bases ahogadas, contenidas. El hecho de que no haya singles tan claros como lo eran ‘Over’ o ‘Fancy’ en su primer disco, dice mucho de las intenciones de Drake. En lugar de repetir la fórmula del álbum anterior, el canadiense ha optado por arriesgar muchísimo más. Incluso las cualidades vocales del rapero han mejorado considerablemente, no hay más que escuchar cómo rapea junto a Lil Wayne en ‘HYFR’ para certificar sus avances.
‘Take Care’ no es el disco que esperábamos del canadiense, es incluso mejor. Un disco con tantos registros y matices que nos costará meses asimilar y amar. Una de esas obras que recuperaremos en el futuro y veremos cuán grande es.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Take Care’, ‘Doing It Wrong’, ‘Shot For Me’
Te gustará si te gusta: Kanye West, The-Dream, The Weeknd
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