Lo autobiográfico de la historia se entrevé en los primeros cortes, como ‘Obertura/El niño con la raqueta en el espejo’ o ‘La canción del telonero’, que vienen a describir los sueños de convertirse en un músico exitoso, y luego la realidad. Los títulos mismos son de claridad meridiana. Musicalmente, el gallego ataca por distintos frentes: por un lado camina por la onda cantautor folk a lo Pigmy o Refree, aunque con un punto macarra (en las citadas canciones); luego hay elementos electrónicos marca de la casa Ferreiro en temas como ‘La balada del hombre sin planeta’, dándole un giro original a su propuesta, y también hay un poco de rock and roll, como en ‘Los papeles del gobierno’, donde por su manera de cantar tiene un regusto a Loquillo. La temática también cambia, y probablemente estamos ante una declaración de amor y desesperación.
Una serie de samples cinematográficos que enlazan canción tras canción le da al álbum un toque ensoñador que enfatiza el aspecto conceptual (aunque el concepto/relato/historia se nos escapa por momentos). ‘Epílogo’ cierra, con voces a coro, un trabajo que, por su dispersión estilística (donde mejor encaja es en su faceta acústica) no convence al 100%, pero deja buen sabor de boca.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘La balada del hombre sin planeta’, ‘Obertura/El niño con la raqueta en el espejo’, ‘Los Papeles Del Gobierno’
Te gustará si te gusta: Un poco de cada referente citado, desde Iván Ferreiro hasta Loquillo.
Escúchalo: Herzio.