Hugo, repartidor catalán sin lavadora en casa; Ariadna, maquilladora e hija de Fortu (cantante de Obús); y Alessandro, futbolista y lover italiano, entraron en una réplica tipo IKEA de la Casa Magnética del Parque de Atracciones de Madrid. Mary Joy, estudiante de biología de orígenes filipinos; Juan, motero de la vieja escuela, cura de pueblo y nuevo icono bear; y Zulema, asesora de medicina estética que guarda las cartas de su ex novio gay en una caja; lo hicieron a través de un arca de Noé en la que meter esos animales de granja a los que el programa ya nos tiene bastante acostumbrados.
Por otro lado, Michael, policía local que lleva meses sin cobrar; Pepe Flores, bailaor flamenco; y Noemí, cuota canaria del programa; iniciaron su paso por la casa colgados de los pies a través de un salón puesto del revés, con los muebles en el techo. También así llegó Azucena, toledana y empresaria capaz de sacar a su madre fregando platos en su vídeo de presentación.
Ochoa, gerente de hotel con pelo de Hedwig (and The Angry Inch); y David, bombero wannabe y probable rompebragas de esta edición; comenzaron gateando en una casita de muñecas. A los tres minutos de entrar ya le hemos visto en calzoncillos.
Por último, Sindia descubrió que era concursante de la nueva edición mediante un mensaje en directo de Mercedes Milá en la madrileña Plaza de Callao. A Sindia lo que más le gusta en el mundo es coger naranjas y “mondarinas”, lo que provocó el «trending topic» inmediato, para regocijo de la presentadora, atenta como una adolescente a lo que pasa en las redes sociales con lo suyo.
Esta nueva entrega presenta como novedad más importante el incluir en el concurso una nueva persona cada semana, de ahí el 12 + 1. Suponemos, por tanto, que el programa se va a alargar tanto que el ganador va a salir con más canas de las que entró. Por si fuera poco, los aspirantes a entrar pueden pujar por la plaza a través de eBay Clásico con dinero de verdad (el asunto va por 10 millones de euros). Al menos las ganancias serán destinadas a Cruz Roja.
Con un cásting que al menos a primera vista no ha dejado personajes precisamente carismáticos ni estrategas, sino aparentemente gente con muchas ganas de follar (lo que incluye a los que entran con pareja) y hacerse famosa, no sabemos lo que aguantaremos. ¿Quién dará la campanada? ¿El cura motero? ¿La hija de Fortu? Lo que está claro es que el que aguante hasta el final será todo un campeón.