Todo ocurrió en el Festival Big Day Out que se celebraba en Australia. Chris Cornell y su banda de los noventa, Soundgarden, se encontraban actuando, mientras Kanye West, en un escenario cercano, hacía su propia prueba de sonido. Según parece, el ruido que West estaba haciendo era tal que interrumpía la actuación de la banda vecina. Cornell sin despeinarse, calificó el asunto así: “parece que hay niños tocando ahí, niños retrasados. No hay otra explicación”. Al parecer Cornell no fue el único que acabó enfadado con Kanye esa noche. Sus fans, que tuvieron que esperar 45 minutos a que el artista diese comienzo a su espectáculo, tampoco estaban felices con la actitud del rapero.
Vía Popdust.