Para empezar, Netflix sufre pérdidas, tanto en su negocio como en bolsa, tras algunas modificaciones hechas en su modelo de negocio, entre las que destacan un aumento de los precios y una disminución de las copias físicas y DVD de alquiler que enviaban a los usuarios a sus respectivos domicilios. Este hecho les ha llevado a plantearse su proceso de expansión, que ya habían iniciado en Reino Unido e Irlanda.
Pero por otro lado, y tal y como se llevaba comentando desde hacía tiempo, el precio de los derechos de autor en España (que la empresa consideraba excesivo, comparándolo con otros países de la Unión Europea como Alemania o Francia) parece haber jugado un papel importante en esta cancelación. Por si esto fuera poco, Netflix podría haberse encontrado también con un rechazo de productores y distribuidores, que no deseaban ceder sus productos audiovisuales para que Netflix los incluyese en su catálogo.
Netflix está disponible ya en Estados Unidos, Latinoamérica, Reino Unido e Irlanda, y parece ser que de momento no hay fechas concretas para su desarrollo en el resto de países europeos, aunque según se asegura desde la compañía, no es en absoluto una puerta cerrada y podría suceder en el futuro.