Dory triunfó en la década de los sesenta como letrista para canciones musicadas por su entonces marido André Previn. De esta labor conjunta, consiguió dos nominaciones a los Óscar por las composiciones de ‘Faraway Part of Town’ perteneciente a la película ‘Pepe’ y ‘Second Chance‘ de la película ‘Two for The Seesaw’. De su breve matrimonio con André quedan para la posteridad auténticas joyas como ‘Valley of the Dolls’, posiblemente su trabajo conjunto más reconocido. Esta es la versión popularizada por Dionne Warwick.
Más allá de su trabajo con André, Dory consiguió forjarse una identidad propia en el panorama musical gracias a su estilo confesional, que impregnó a cantantes posteriores como Sinéad O’Connor y Suzanne Vega. Dory se sobrepuso a la ruptura con André, que la engañó con la por entonces veinteañera Mia Farrow, dirigiendo su propia carrera musical tras sufrir una dura crisis nerviosa e ingresar en un hospital psiquiátrico. Su estilo discurría entre el folk y el country. De esta etapa fructífera que la alzó como cantante de culto florecieron canciones como ‘Mythical Kings and Iguanas
‘ (1971).Que la música está al servicio de las emociones es una premisa que Dory hizo propia. No en vano, la cantante dedicó a Mia Farrow su ‘Beware of Young Girls‘, perteneciente a su primer disco ‘On My Way to Where’, en el que advertía de los peligros de las jovencitas. Sus canciones son oscuras y, a menudo, impregnadas de cierta tristeza, como quedaba patente en ‘Going Home’.
En 1970, Dory consiguió su tercera nominación a los Óscar con la canción ‘Come Saturday Morning’, convertida en un hit a manos de The Sandpipers. Su influencia llega en la actualidad a músicos como Camera Obscura. Tracyanne Campbell y los suyos homenajeaban a la cantante con una canción en su nombre en su disco ‘Let’s Get Out Of This Country‘, donde proclamaban su adoración por ella.