Sleigh Bells / Reign of Terror

No hay muchas infuencias más adecuadas que Def Leppard para citar las que han podido inspirar este disco. Recordemos ‘Hysteria’, un álbum que en 1987 dejó hasta siete singles entre los que destacaron ‘Animal’, ‘Pour Some Sugar On Me’, ‘Love Bites’ o la misma ‘Hysteria’: el mejor metal al servicio del estribillo pop saludando al mundo desde el programa de videoclips de moda de la tele (cuando los había). Eso son Sleigh Bells, que han vuelto a decorar sus asequibles composiciones con guitarrazos jevis por doquier, tan cerca del FIB como del Costa de Fuego.

‘Reign of Terror’ es el segundo disco del grupo, pero el primero en cuya concepción han participado Derek Miller y Alexis Krauss por igual, pues en el anterior él ya tenía varias canciones perfiladas cuando, obsesionado con las voces femeninas de la maravillosa Harriet Wheeler de los Sundays, Madonna, Cyndi Lauper y Belinda Carlisle, buscó una vocalista para dar salida a sus demonios anteriores (su padre había muerto en un accidente, su madre sufría cáncer). Que le gustaran las voces de chica es algo sin lo que Sleigh Bells no sería lo mismo. Aunque este álbum ha vuelto a ser producido por él, sigue asistido por Shane Stoneback, que no sólo ya trabajó en el debut ‘Treats‘, que les anunció como uno de los grupos más «cool» del planeta, sino que recientemente ha colaborado en el sonido de Cults.

Y es que detrás de toda la bestia que se esconde en esa intro llamada ‘True Shred Guitar’ a modo de directo, detrás de las poderosas guitarras de inspiración suicida de ‘Born To Lose’ (no se entiende que no sea finalmente el single principal) con su formidable percusión tipo metralla; hay lugar para la búsqueda de la belleza vintage, en un estilo que conecta con las producciones ruidosas de The Raveonettes inspiradas en los 50 y los 60. Si en ‘Treats’ destacaban canciones más soft como ‘Rill Rill’, aquí lo hacen ‘End of The Line’ o ‘Leader Of The Pack’, que no es una versión pero sí un homenaje a The Shangri-Las.

‘Reign of Terror’ cuenta con varios aciertos relativamente pegajosos como ‘Road to Hell’, pero también acusa ser un segundo disco con mayúsculas en el peor sentido de la palabra. El factor sorpresa ha desaparecido y en sus momentos anodinos, el grupo suena simplemente como una versión extrema de Soulwax, Chicks on Speed o Peaches (‘Crush’). Miller y Krauss afianzan su sonido con un buen puñado de canciones llamativas en un álbum que agradece su escaso minutaje, pero no termina de abrir una decisiva puerta al futuro como la que tantos grupos se atrevieron en su segunda entrega para bien (Radiohead) o para no se sabe (The Strokes, Goldfrapp).

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Born to Lose’, ‘End of The Line’, ‘Comeback Kid’
Te gustará si te gustan: Chicks on Speed y Soulwax con un punto más metalero
Escúchalo: New York Times

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: sleigh bells