Ben L’Oncle Soul, figura del soul europeo

Hay géneros que cada cierto tiempo viven su particular revival. Otros, sin embargo, no tienen la necesidad de apoyarse en las modas porque nunca llegaron a extinguirse. Este es el caso del soul. Artistas como la fallecida Amy Winehouse, Eli “Paperboy” Reed, Duffy, Janelle Monáe, Sharon Jones o el resurgir de Bettye Lavette han servido para constatar que la música del alma creada por Otis Redding, Marvin Gaye y Sam Cooke pervive. A esta lista se suma el nombre de Ben L’Oncle Soul, o como a él le gusta llamarse, el «soulman». Este joven de origen francés ha conseguido colocar en el país vecino un triple platino con un sonido en el que la voz ocupa el lugar destacado que nunca debió perder. Ben actuará esta noche, 2 de marzo, en el madrileño teatro Kapital tras pasar por Barcelona.

Este veinteañero de pajarita al cuello y calcetines blancos conquistó a la división francesa de la Motown con su curiosa versión de ‘Seven Nation Army’ de los White Stripes. El resultado, lejos de ser desastroso, seduce a quien mira la música de una forma limpia y sin temor a lo que pueda encontrarse.

Si de algo puede presumir Ben L’Oncle Soul, cuyo verdadero nombre es Benjamin Duterdem, es de haber tomado el biberón a ritmo de soul y música negra. Discos de Aretha Franklin, Marvin Gaye o Ray Charles sonaban en los recovecos de su hogar durante su infancia. Un hecho que explicaría en cierto modo que consiga adaptar el estilo de figuras como Otis Redding sin parecer una mera copia. Tras el reconocimiento expreso de la Motown, apostó por su carrera en solitario con el lanzamiento de un curioso maxi-single, en el que llevaba a su terreno canciones de las Spice Girls, Aqua o el hit de Katy Perry ‘I Kissed A Girl’.

Nunca el nombre de un disco se ajustó con tanta disciplina a la relación de canciones. No en vano, con ‘Soul Wash’ consiguió un cierto «lavado» de imagen de auténticos himnos sin caer en el peligro de la desvirtuación gratuita. Menos de un año después, Ben irrumpía en la escena musical con su debut en largo. El sonido no es el único elemento que recuerda que nos encontramos con alguien que ama el pasado. Una mirada en torno a las relaciones de pareja, los problemas con el alcohol o la necesidad expresa de ser “alguien fuera de lo común” convergen en este álbum que cuida el sonido por encima de todo. En él nos encontramos un homenaje a Etta James y a su ‘At last’ en el arranque de la tímida ‘Mon Amour’ . Os dejamos con ‘Soulman’, una auténtica declaración de intenciones en la que Ben admite simplemente que “no es más que un soulman”. Y eso no es poco. El resto del disco se puede escuchar en Spotify.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
MSanchez