Bruce Springsteen / Wrecking Ball

Si en su último álbum con material nuevo, ‘Working On A Dream’ (2009), Bruce Springsteen plasmaba la ilusión generada por la elección de Barack Obama como presidente de su país (en cuya campaña electoral, la del ya histórico «Yes, We Can», colaboró tan activamente que sirvió para presentar aquel disco), este ‘Wrecking Ball‘ es un reflejo del estado de decepción y pesimismo que han devenido en los años posteriores. El Boss siempre ha sido un artista cuyas obras son permeables a la situación socio-económica y la gran depresión actual no podía ser menos. En ‘Wrecking Ball’, por tanto, Springsteen apunta a los grandes poderes económicos (el diabólico Wall Street, en su caso) como los villanos causantes de los males de los ciudadanos, y arenga a estos a no arrugarse y seguir adelante, apoyándose los unos en los otros.

Esta vena patriótica y populista que tan hábilmente maneja el de Nueva Jersey toma una deslumbrante forma en verdaderos himnos a la unión contra el desamparo y el desencanto (el single ‘We Take Care Of Our Own‘), que animan a convertirse en Robin Hoods (‘Easy Money’), que comparan la pérdida de derechos laborales con la vieja esclavitud negra (‘Shackled And Drawn’) o cuentan cómo, sin armas ni sangre ni dictadores, «ellos trajeron la muerte a mi hogar» (‘Death To My Hometown’). Canciones-protesta y arengas al inconformismo que empatizan perfectamente con el sentir de la gente humilde (no solo de Norteamérica), que parecen querer retomar el carácter contestatario e inconformista del gran Woody Guthrie, aunque haya un par de alusiones metafóricas a «coger las armas» que uno teme que algún obtuso no sepa interpretar como mera figura literaria.

Acompañando este discurso, y pese a haber sido compuesto como un disco acústico e íntimo, Springsteen se ha dejado convencer por el productor Ron Aniello (que ha trabajado desde con horrores como Candlebox o Barenaked Ladies hasta la propia esposa de Bruce, Patti Scialfa) para recargar estas canciones de arreglos de lo más variopinto. Tomando como punto de partida su celebrado álbum de versiones de Pete Seeger, abunda en un rock and roll de raíz country, de aquel que muestra que el origen del folklore norteamericano también está en la música tradicional irlandesa. Con Tom Morello (Rage Against The Machine) o Matt Chamberlain (Pearl Jam) como miembros esporádicos de la gran E Street Band, suma a esta más poderosos vientos y sutiles cuerdas que nunca, además de coros de gospel, palmas, percusiones atronadoras… Un verdadero despliegue de medios que enardecen al oyente y que, además de conectar con bandas contemporáneas como The Decemberists

o Titus Andronicus, ponen de relieve que el carácter épico de bandas como Arcade Fire no lo inventaron precisamente ellos. Ante tal demostración de poder, resulta especialmente incomprensible el interés de Aniello por introducir overdubs y cajas de ritmo absurdamente simples de una forma bastante aleatoria, que convierten ‘This Depression’ o ‘Rocky Ground’ en anodinas y, en general, no hacen sino deslucir el conjunto global de una manera innecesaria.

‘Wrecking Ball’, el decimoséptimo disco de estudio de una impecable carrera, es un magnífico álbum que podría haber llegado a más de no ser por esos extraños detalles que no evitan que sea un disco notable, con números como los arriba mencionados, más dos viejos temas afortunadamente recuperados como ‘Land Of Hope And Dreams’ (uno de los últimos trabajos con su viejo colega desaparecido, Clarence Clemons) y el corte que titula el disco; o ese homenaje a Johnny Cash que es ‘We Are Alive’. Nuevos hitos para la comunión con su público en su próxima y, de nuevo, exitosa gira.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘We Take Care Of Our Own’, ‘Shackled And Drawn’, ‘Death To My Hometown’, ‘We Are Alive’, ‘Land Of Hope And Dreams’
Te gustará si te gusta: Arcade Fire y The Decemberists por igual, Pete Seeger, Woody Guthrie
Escúchalo: The Guardian, Grooveshark, Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén