La incomprensión y el misterio cesa en el punto en el que recordamos que Weller siempre ha sido inquieto, disolviendo a los Jam cuando gozaban de mayor popularidad y derivando el elegante pop-soul de Style Council hacia territorios cercanos a la música de club cuando el final de su proyecto con Mick Talbot se acercaba (de hecho ese álbum, ‘Modernism: A New Age’, fue el que acabó con la banda). De la conceptualidad y la ensoñación pasó a la brevedad y la rabia de ‘Wake Up The Nation‘ (2010), donde recordaba sus años con The Jam, reuniéndose incluso con Bruce Foxton (bajista del trío) para la grabación.
Hay sentimientos encontrados a la hora de evaluar ‘Sonik Kicks’, el nuevo álbum de Weller. Por un lado, y tras escuchar por enésima vez el citado ‘Catch-Flame!’ queda un gran deseo de que vuelva a facturar maravillas como ‘Up In Suze’s Room’ o ‘Peacock Suit’, pero por otro lado es inevitable orbitar alrededor de su nueva propuesta y aplaudir (una vez más) su duradera alergia al inmovilismo: en ‘Kicks’, con esa misma fugaz sensación que desprendía su predecesor, el eterno espíritu mod del de Woking y su amor por el soul y la psicodelia siguen presentes, pero vuelve a jugar con ellos en esta vuelta de tuerca en la que confluyen elementos electrónicos y kraut. Temas como ‘Green’, ‘Dragonfly’ o ‘Around The Lake’ son abanderados de este sonido, siempre con la melodía como pivote (eso, por suerte, nunca cambiará). Un collage instrumental como ‘Sleep Of The Serene’ sirve como enlace a canciones más «convencionales» como la acústica ‘By The Waters’, ornamentada por unos preciosos arreglos de cuerda para volver a la electrónica del single ‘That Dangerous Age’. Comentábamos que en ‘Sonik Kicks’ iba a haber también lugar para aires dub, los cuales hacen su aparición en una de las mejores del disco, la emotiva ‘Study In Blue’, cantada a dúo con su esposa Hannah. También es la composición más dilatada de todas con sus más de seis minutos y medio (no olvidemos que aquí prima la brevedad, y los temas se suceden fluctuando alrededor de los tres minutos o menos).
En ‘Drifters’, otra de las más destacables, recupera un poco la psicodelia guitarrera de hace unos años, recordándonos que podría volver a hacer un ‘As Is Now’ sin despeinarse. Por lo demás no inventa nada que no se hiciera ya en los noventa en cuanto a fusiones de rock, pop y electrónica, pero sí es un paso más en lo que a él se refiere y uno interesante. Sea lo que sea lo que pase por su mente y quiera que depare su futuro, pocos a su edad y con su estatus se atreven a tanto y encima logran acertar. Porque sí, acierta, ofrece un álbum excitante, con momentos tensos y bellos que, con cada nueva escucha, muestran detalles que se nos habían escapado, nuevas y agradables sorpresas. Admirable.
Calificación: 7’8/10
Lo mejor: ‘Study In Blue’, ‘Dragonfly’, ‘Around The Lake’, ‘Drifters’
Te gustará si te gusta: tanto el Weller más clásico como el más experimental, los Primal Scream de ‘XTRMNTR’
Escúchalo: The Guardian