Emociones a flor de piel con Lambchop

Este domingo tuvo lugar la cita en Madrid de Lambchop presentando su último álbum ‘Mr. M‘. Cortney Tidwell (para algunos conocida por ‘Kort‘, ese disco conjunto con el propio Kurt Wagner editado en 2010) abrió la noche de Joy Eslava con un público escaso pero creciente, primero ella sola a la guitarra y después acompañada de dos de los músicos de Lambchop bien con guitarra y teclados, bien con la slide. Desde la parte trasera del escenario fueron interpretados algunos de los temas de su country experimental, como el delicioso ‘Solid State’, de su último álbum ‘Boys’, entre otros. Aunque al principio parecía apoderarla una sorprendente timidez, fue ganando poco a poco energía confesando que había pasado el día comiendo y bebiendo por Madrid y resultaba difícil enfrentarse al escenario.

Llegó el turno de Lambchop y el propio Wagner salió a escena, mientras los técnicos ultimaban los detalles, para comprobar la afinación de su guitarra y cerciorarse de que todo estaba en orden. Unos minutos más tarde aparecía la banda completa. Dispuestos los músicos en una semicircunferencia, con Wagner como maestro de ceremonias a la derecha del escenario, fueron ejecutando las canciones de ‘Mr. M’ como si de regalos hacia su público se trataran. Era inevitable pensar en la amistad de Wagner con Vic Chesnutt, cuya desaparición afectó de tal manera al primero que acabó dedicándole este precioso álbum entero.

Delicadas y precisas sonaron ‘If Not I’ll Just Die’, ‘The Good Life (Is Wasted)’ o ‘Gone Tomorrow’. Las teclas del piano ocupaban su lugar en el mismo aire mientras el baterista, impecable, parecía haber nacido con aquellas percusiones aprendidas. La cercanía de la voz de Kurt Wagner arropa y evoca diversos sentimientos más allá del mensaje mismo de la letra de las canciones, mientras los coros de Cortney Tidwell, siempre sutiles e imprescindibles, sonaban en el lugar adecuado en ‘2B2’ o en ‘Betty’s Overture’. A medida que avanzaba el concierto la banda se mostraba más cercana, como al inicio de ‘My Cliché’ (de su LP ‘The Decline of Country & Western Civilization, vol II’) momento en el que el pianista, Tony Crow, aprovechó para hablar con el público en un tono bromista, diciendo entre otras cosas que si hubiera más amor en el mundo, habría paz en el mundo.

Se hubiera agradecido enormemente disfrutar de un recital así desde una butaca para no poder perder detalle de esta perfecta mezcla de country, jazz y swing. Pero hubo que conformarse con escuchar de pie y vislumbrar a los músicos entre las cabezas de los asistentes. No es de extrañar que los aplausos se sucedieran al terminar, como cuando llegan a término los grandes montajes teatrales. Por suerte existen los bises y Lambchop nos deleitó a dos voces con una bonita adaptación de ‘Guess I’m Dumb’ (el éxito de Glenn Campbell compuesto por Brian Wilson) para terminar con Dylan y su ‘I Threw It All Away’. Los pelos de punta en ocasiones parece que hicieran aplaudir aún más fuerte. Hasta que finalmente cayó el telón. Como el que cae, para bien y para mal, cada día de nuestras vidas. 9

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Publicado por
Angèle Leciel