‘Pagando por ello. Memorias en cómic de un putero’, Chester Brown: En los últimos meses del pasado año vieron la luz algunos cómics que no podemos dejar de recomendar. Comenzamos con este minucioso trabajo autobiográfico de Chester Brown, con prólogo de Robert Crumb, que le ha llevado una década desarrollar. Básicamente son sus memorias sexuales comentadas con los dibujantes Seth y Joe Matt. En ellas, se enfoca una cuestión como la prostitución, tan objeto de debate últimamente, desde un punto de vista amable y natural que en ningún caso roza la sordidez. Un trabajo impactante además en muchas de sus reflexiones. «¿El amor romántico provoca más desdicha que felicidad?», junto a otros interrogantes que ríete tú de las preguntas que al comienzo de cada capítulo se hacía frente a su portátil Carrie Bradshaw en ‘Sexo en Nueva York’, exhiben sin ningún pudor la vida privada de Chester Brown.
Calificación: 8/10
Lo mejor: Lo cercanas que resultan algunas situaciones, como esa primera vez que te metes en algo que desconoces y no tienes información para hacerlo sin parecer un pardillo. El apéndice con notas con infinidad de curiosidades. Las notas de Seth sobre algunas de las escenas en las que aparece, divertidas e ilustrativas.
Lo peor: Algunos de los encuentros sexuales suenan repetidos y por tanto poco necesarios. El formato de edición es excesivamente pequeño, para lectores con una vista excelente. Algunas de las notas del apéndice se hacen demasiado extensas.
‘Aventuras de un oficinista japonés’, José Domingo: Partiendo de la premisa «ni una sola palabra en ninguna de las páginas» -aunque sí gestos, acción y aventuras apasionadas-, José Domingo ejecuta una dinámica contagiosa a través de territorios surrealistas para un oficinista japonés o para cualquiera que asista a la catarata de situaciones inesperadas y sorprendentes de esta entrega. Asistimos así a una carrera frenética entre el oficinista y el lector, uno por escapar hacía adelante y el otro por querer saber qué está pasando. Es una carrera de obstáculos que al lector le supondrá volver páginas atrás para disfrutar de los detalles y del humor de su autor. No son necesarios combinaciones de palabras, pero tampoco un orden para conocer monstruos mutantes, una sucursal de correos llevada por empleados de una secta satánica, una familia caníbal, perros voladores… todo ello en formato a todo color y en un tamaño muy agradecido.
Calificación: 8/10
Lo mejor: El ritmo de videojuego y un dibujo a cuatro viñetas por página que sin estar pixelado recuerda a la Game Boy.
Lo peor: Que ha pasado inadvertido para el gran público uno de los mejores cómics españoles de los últimos meses.
‘La Protectora’, Keko: Adaptación y continuación del relato de Henry James ‘Otra vuelta de tuerca’, uno de los más analizados sobre fantasmas y que el madrileño Keko retoma en su final. Una entrega a la sombra de un territorio tenebroso y lleno de ambigüedades que deja al lector la posibilidad de entrar en distintos niveles de perversión. Flora, tras la muerte de su hermano, vive bajo la tutela de su tío en la Mansión de Bly. La señora Grose se encargará de que la niña se recupere y decidirá lo más conveniente para ella. De esta forma, se prende una mecha de sacudidas que confunden realidad y su contrario. Los dibujos, rozando el nivel de grabados en algunos momentos, con el negro primando sobre el blanco, refuerzan a cada viñeta una historia sobre fantasmas que se han quedado dentro en todos los sentidos.
Calificación: 8/10
Lo mejor: La total absorción desde la primera página. Es imposible abandonarlo.
Lo peor: Aunque menos es más y es un relato que da lo máximo con lo mínimo, no deja de ser demasiado breve: el libro es demasiado caro.