Santigold / Master of My Make-Believe

Desde que Santogold Santigold se dio a conocer a lomos de un inolvidable caballo en ‘L.E.S. Artistes‘ fueron muchos los que enseguida vieron a una estrella. Y otros tantos los que dudaron de su talento más allá de un vídeo de buena factura y su conocida amistad con gente como M.I.A., Diplo y Switch. Al final, la estrella se quedó en potencial en su primer álbum. ‘L.E.S. Artistes’ no se convirtió en un clásico, algo que compensaban pepinazos como ‘Say Aha’ y ‘You’ll Find A Way’… a su vez algo perdidos en un disco con tanto relleno como es habitual en los debuts hypeados por la prensa especializada.

El traumático cambio de nombre al que tuvo que someterse por razones legales podría haber hundido a Santigold en la miseria, pero White ha sabido salir fortalecida de sus desafíos, como a su vez aquellos que no consiguen el éxito esperado con sus primeros pasos suelen conseguir. Ella no para de repetir en las entrevistas promocionales que quiere ser una estrella del pop, que no construye canciones para que las escuchen cuatro gatos sino cuanta más gente, mejor, y ‘Master of My Make-Believe’ es la vía perfecta a pesar del single ‘Disparate Youth‘.

Lo es por varias razones. La principal es la inmediatez de composiciones como ‘God From The Machine’, ‘The Keepers’, ‘Fame’ o ‘Freak Like Me’. Sirva como muestra que hasta las baladas (por primera vez ha compuesto al piano, en concreto la preciosa ‘The Riot’s Gone’) funcionan en un tracklist que pasa en un suspiro, entre producciones más urban como ‘GO!‘, en la que ha contado con Karen O y Theo Martins, o ‘Look At These Hoes’; y otras que se aproximan tímidamente a otras modas como el chillwave. Otra sería la producción, uniforme a pesar de las distintas personas que han metido mano en el proceso de grabación, desde David Sitek de TV On The Radio hasta Diplo pasando por Greg Kurstin o Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs. Y una última podría ser la adecuación de todo el conjunto a 2012, tanto en lo que se refiere a la vida personal de Santigold (‘Fame’) como en cuanto a lo social (‘The Keepers’ mantiene la esperanza de cambiar el mundo), como por supuesto en lo sonoro.

El título ‘Master of My Make-Believe’ nos habla de la facultad de que cada uno pueda definir su propia realidad. Para una mujer que reconoce que el hecho de que LMFAO sean tan famosos le hace llorar, o que mete a Lady Gaga en un vídeo propio sin darse cuenta, este podría haber sido un álbum paranoide y tan ajeno al pueblo como el próximo disco de Björk. Sin embargo, es un éxito en casi todos sus planteamientos (quizá sobre la dub ‘Pirate In The Water’). La mejor prueba, aunque no la única, es ‘Big Mouth‘, el corte final, capaz de hacerte mover el cucu más que todas las canciones que suenan en la radio, y sin sonar tan desesperada como un ‘Starships‘ de Nicki Minaj. ¿Adónde podrá llegar este disco acompañado de ese directo con caballos, bailarines, etcétera?

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Big Mouth’, ‘God From The Machine’, ‘Disparate Youth’ ‘The Riot’s Gone’
Te gustará si te gusta: M.I.A., Chairlift, Sugababes
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso