Bono, el rico antipático

La noticia de quién es el músico más rico del mundo siempre es atractiva para un medio de comunicación, y así aparece hasta en blogs donde no se suele hablar ni de pasta ni de listas de éxitos, como Stereogum. Sobre todo si el protagonista es alguien de fama tan buena y tan mala como Bono.

U2 son obviamente uno de los grupos más importantes del planeta desde hace más de 20 años. Lejos de verse devorados por el «hype» creciente de discos como ‘Boy’, ‘War’ o ‘The Unforgettable Fire’, se superaron con ‘The Joshua Tree’, después más todavía con el fantástico ‘Achtung Baby’, y personalmente añadiría también que dejaron al mundo helado con el extremo, kitsch y hoy inimaginable ‘Pop’. Lo increíble es que el autor principal de tanta obra magna siga emperrado en ver su imagen deteriorarse por un puñao de parné que no necesita para nada.

La popularidad de Bono fue degradándose desde mediados de los 90. Después de haber clavado la bandera blanca en Live Aid, tanto insistió con las causas benéficas y su comportamiento mesiánico sobre el escenario que muchos empezaron a hartarse de él, incluso mucho antes de la llegada de las redes sociales. Recuerdo, por ejemplo, diversas ridiculizaciones (alguna en forma de divertida tira cómica) en Rockdelux y un nombramiento en el NME como persona más «uncool» del planeta. En aquella época -lo confieso-, me fastidiaba, pero él mismo ha ido haciendo méritos para dar razón a sus detractores.

La evasión de impuestos a Holanda en 2007 -que justificaron alegando que el 95% del dinero que generaban U2 no procedía de Irlanda y que pagaban impuestos por todas partes-, tras varios años de discursos sobre la condonación de la deuda externa, no contribuyó en nada para reconciliarse con el varias veces nominado a Premio Nobel de la Paz. Tampoco unos discos cada vez más conservadores y predecibles que se han mantenido en listas de éxitos sólo por el apoyo de sus millones de incondicionales. Ahora, con el 2,3% de las acciones de Facebook (aquí, el perfil de U2

, por si os queréis hacer fans) adquiridas en 2009 y su llegada a Bolsa, se estima que Bono cuenta con una fortuna de 1.500 millones de dólares de nada, lo que le sitúa como número 1 entre los músicos (incluso por encima de Paul McCartney), en la bonita causa del enriquecimiento personal. El hombre que lanzaba billetes al público durante la magistral y autoparódica performance de ‘Desire’ en la gira Zoo TV siempre había mostrado un gran interés por los negocios (Forbes, algún hotelillo, etcétera), ¿pero era necesario regodearse con lo más grande que hay?

U2 siempre han tenido una conciencia espectacular de grupo, saben muy bien qué posición ocupan en la historia y para ellos ha sido muy importante mantenerse unidos sin ningún tipo de rumor sobre su separación o retirada a la vista. A diferencia de los Rolling, Depeche o The Cure, con alguna excepción anecdótica como el hermano de The Edge de los tiempos en que se llamaban The Hype, no tienen ex miembros. Siempre han sido cuatro muchachos, Bono, The Edge, Larry Mullen Jr y Adam Clayton, que se conocieron a través de un anuncio colgado en el tablón de la escuela. Con un «background» tan romántico, extraña todavía más que Bono, que por cierto ha resistido las tentaciones de la fama casado con la misma persona desde hace treinta años, siga su camino hacia la impopularidad bañándose en montañas de panoja mientras la juventud sufre el paro, y la plebe, recortes.

Cuando los rumores les sitúan colaborando con RedOne, el productor de Lady Gaga, para su próximo larga duración (esperemos que se confirme sólo a Danger Mouse), cuesta definitivamente creer que sea la envidia lo que nos ha llevado a odiarle un poquito. Por a y por b, durante los últimos 15 años, cada día ha sido más difícil encontrarse un vinilo o un CD de U2 en la estantería sin pensar cosas extrañísimas.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: bonou2