No ha sido así exactamente. La neozelandesa ha querido distanciarse de la década con la que todo el mundo la asociaba, haciendo un disco menos de sintetizadores y más de guitarras, para el que dice que se ha inspirado en los Pixies, Nirvana, Blur, Dandy Warhols y David Bowie. Ladyhawke no se quitará el sambenito de proyecto ochentero, empezando por que muchos de los artistas citados comenzaron, continuaron o incluso publicaron sus mejores discos a finales de los 80, pero está claro que hay cierta voluntad de cambio, para el que el corte que abre el álbum, ‘Girl Like Me’, es una buena introducción.
Todavía con la producción y asistencia en las composiciones del conocido Pascal Gabriel, Ladyhawke ha inundado su disco de guitarras eléctricas, algo patente en el single ‘Black White & Blue
‘ y en otros cortes como ‘Anxiety’, y también algo habitual en un artista que se ve superado por su éxito. Dice en las entrevistas que este álbum habla sobre el agotamiento que sufrió tras girar durante tanto tiempo (se quedaba dormida por todos los lados) y la presión que sufrió al pensar que decepcionaría a sus seguidores con su cambio de sonido, y eso es algo que podríamos vincular a otros discos guitarreros históricos como el ‘Monster’ de R.E.M.Sin embargo, ‘Anxiety’ carece -desde luego en sus textos pero también en su producción- de la sensación de caos y suciedad deseada, resultando más parecido a su primer disco que al momento más blando de los Pixies. Por lo demás, sí contiene una buena colección de 10 canciones de tres minutos que, entre «la-la-las» (‘Blue Eyes’), «yeah-yeah-yeahs» (‘Vanity’) y algún momento épico suelto (‘Cellophane’), no está nada mal aunque no consiga que todas las pistas parezcan singles como parece que pretendía.
Calificación: 6,1/10
Lo mejor: ‘Sunday Drive’, ‘Black White & Blue’, ‘Girl Like Me’, ‘Cellophane’
Te gustará si te gustan: L7, Nena y Le Tigre
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