El domingo aún quedaban varios conciertos por celebrar en varios puntos de Barcelona. Entre nuevas ocasiones de ver en directo a Black Lips o Kings of Convenience, la opción gratuita del Arc de Triomf, para todos los públicos, era una de las más atractivas.
El que decidiera invitar a este escenario a Lorena Álvarez y su Banda Municipal (que sigue constando de dos personas más) es un genio. Nadie más adecuado para un público que iba a comprender asistentes al festival, jubilados, familias y transeúntes ocasionales. Lorena interpretó las canciones de su repertorio propio de folk asturiano con su salero habitual. Diríamos que a ningún asistente se le escapó el significado de algo tan universal como ‘Centro de atención’ o ‘Muchas gracias’, porque su desparpajo innato no dejaba lugar a dobles lecturas ni aburridas ambigüedades. ¿Qué pensarían de ella los afortunados que recogieron el bizarro calendario con una imagen de Lorena de lo más inquietante, posando en su casa en pijama cuando era pequeña? Nuevo álbum en camino. Ganazas.
También en su hábitat natural parecía Joe Crepúsculo, que no dejó de bailar frente a los teclados en los 45 minutos que duró su concierto, en el que volvió a acompañarse de Sergio Thelemáticos, ya casi definitivamente Sergio Pegasvs, suponemos. Crepus hizo un concierto divertido, ameno y cercano con casi todos sus hits, donde no faltaron ‘Escuela de zebras’, ‘La canción de tu vida’, o, como traca final, ‘Tus cosas buenas’, ‘Enséñame a amar’ y ‘Suena brillante’. Una sucesión de tres hits como pocas se habían oído en los cientos (literalmente) de conciertos organizados durante la semana del San Miguel Primavera Sound.
Sin embargo, un concierto siempre da para mucho más, y así lo demostró Yann, tocando todos los palos posibles, a gusto de todos. Multiinstrumentalista envidiable, que hace muy disfrutable su directo gracias a la gran cantidad de instrumentos y cacharrería que pasa por sus manos, demostró que lejos de haberse quedado encasillado en un estilo definido, lo suyo es atacar por todos los flancos, golpear con una melodía pop que sobrecoge, violín en mano o con una simple melódica, o agarrar la guitarra para atronar con ramalazos de rock. Con un sonido irreprochable, Tiersen y su banda demostraron tener todo controlado, pudiendo agradar sin caer en lo sensiblero. Ya hasta han dejado de echarse en falta sus antiguos éxitos para que un concierto de Tiersen llegue a ser memorable, aunque escuchar viejas melodías como ‘Monochrome’ y ‘L’homme aux bras ballants’ siempre despierta una sonrisa.
Y es que no sólo el sonido impidió disfrutar el concierto. Parece inevitable, incluso se hace necesario, que una integración del festival en la ciudad que lo acoge tenga lugar. Y así lo ha demostrado la organización con las decenas y decenas de eventos y conciertos que se han desarrollado en bares y plazas de Barcelona. Sin embargo, una fiesta como la del domingo, más parecida a una verbena, consigue lo que parecía imposible en un festival exquisito: que no se disfrute de la música porque entre vendedores ambulantes de cerveza y mojitos colados hasta la primera fila, donde nadie podía llegar, ha pasado a segundo lugar.
Fotos: Dani Cantó para San Miguel Primavera Sound. Visita nuestro especial y el de San Miguel.