El problema es que este tipo de filmes no es apto para todos los géneros, y la comedia, salvo contadas excepciones, es uno de ellos. Así lo demuestra ‘Project X’, la nueva ocurrencia de Todd Philliphs, ese tipo al que vino Dios a ver con ‘Resacón en Las Vegas’ y que ahora se hace el listo vendiendo la misma idea a públicos más jóvenes crecidos al calor de ‘Jersey Shore’. ¿Cómo? Cambiando la despedida de soltero de treintañeros por fiesta de adolescentes a punto de cumplir los 18 y todo listo para el desmadre con moraleja.
A ver, que la fórmula funciona y la taquilla ha respondido a la llamada de la bestia, pero decir que una fiesta es la mejor del siglo porque los vírgenes follan, un perro vuela, la cerveza explota, un enano sale de un horno, la piscina está llena de tetas y un gnomo regala pastillas es exagerar un poquito bastante.
Y es que en el fondo ‘Project X’ es como cualquier sarao random al que te invitan, uno de esos que cuando no vas y te los cuentan o ves fotos con bien de flash en el Facebook suenan salvajes, pero cuando estás allí te parecen de todo menos memorables.
Claro que bien pensado…. ¿Será esa la intención real detrás de la película y ahora tengo que cambiar la crítica? Mira, paso. 3.