Fiona Apple / The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do

A Fiona Apple siempre le ha rodeado una nube de desastres, grandes y pequeños. A su apariencia vulnerable, a sus canciones siempre llenas de una honestidad casi preocupante, se han ido sumando caóticos discursos de agradecimiento en los premios MTV, versiones filtradas de discos enteros compitiendo en calidad con su versión definitiva o alguno de los derrumbamientos más famosos de la historia sobre un escenario.

Sin embargo, Fiona Apple no sólo es una superviviente, sino una ganadora, pues sabe hacer de sus miedos y paranoias pequeñas obras de arte. Su cuarto álbum, que ha titulado para sorpresa de nadie ‘The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do’, es una nueva colección de sensibilidades y debilidades, casi tan excesiva como exhibicionista, pero contenida en unas canciones difíciles y sutiles, con un aparente punto de improvisación muy fresco, e interesante si recordamos que su anterior álbum data de 2005.

Dice la artista que el título del disco hace referencia a los dos lugares de su vida en los que se encuentra, y en su deseo de convertirse en una persona «más segura de sí misma y sabia». «Idler Wheel» es una parte de un motor que está conectada a todas las demás partes, pero que no impulsa nada en particular. Y esta metáfora sirve para representar mil y una vertientes de la grabación de este disco, desde esas composiciones en las que parecen pasar pocas cosas en la primera escucha (cuando pasan muchas); hasta esos siete años en los que la gente creerá que Apple no ha hecho nada (cuando ha hecho muchas y muy grandes); pasando por todas las interpretaciones que sus seguidores quieran dar.

Hay muchos aciertos en ‘The Idler Wheel…’, pero si tuviera que quedarme con uno, ese sería la elección del multiinstrumentista, pero sobre todo percusionista, Charlie Drayton como productor del disco. Dejados atrás los tiempos de Jon Brion, había mucha curiosidad por saber cómo Fiona afrontaría la sucesión del despropósito productivo de ‘Extraordinary Machine’ y no podría haber tomado mejor decisión. Estas diez nuevas canciones se componen casi en exclusiva de los afilados y tremebundos pianos de Fiona (que no serán imitados en tienda como los de Adele) acompañados de baterías que van desde un exquisito segundo plano (‘Daredevil’) a lo salvaje (‘Left Alone’) pasando por el lo-fi casero juguetón (‘Anything We Want’). En pocos instantes del disco destaca algún elemento ajeno, aunque cuando esto se produce, sirve para sorprender y elevar el contenido emocional de la canción, como sucede en esa ‘Valentine’ de cuerdas a la deriva, o en ‘Regret’, donde encontramos a la Fiona más desgañitada tomando todo el protagonismo.

En medio de todo el minimalismo, es imposible no prestar atención a unas letras completamente desgarradas. ‘Jonathan’, dedicada a su ex novio el escritor Jonathan Ames, ni siquiera es la que más pupa hace. ‘Valentine’ («You didn’t see my valentine / I sent it via pantomime», «I’m a tulip in a cup / I stand no chance of growing up») es una de las más deliciosas en su muestra de la inmadurez para las relaciones sociales, una línea que también sigue ‘Left Alone’, sobre la soledad. ‘Werewolf’ habla de una infelicidad parecida con alguna bonita metáfora («The lava of a volcano / Shot up hot from under the sea / One thing leads to another / And you made an island of me»); el single ‘Every Single Night’ plantea la lucha con uno mismo con cierto conformismo, mientras ‘Regret’ se anuncia tortuosa desde la primera línea («Remember when we argued on the concept of regret? / You were an expert even then but not me, not yet»).

En todo este torrente emocional, Fiona no deja de lado su sentido del humor. Ese «Just tolerate my little fist / Tugging on your forest chest» de ‘Jonathan’ tiene su punto dramático, pero también cómico, y esa descripción de ‘Periphery’, «el lado tonto» de la ciudad, que se convierte en otra canción sobre celos, hace reír más que otra cosa. El álbum se cierra sin referencias lloricas con la sexual ‘Hot Knife’, cerca del tribalismo de tUnE-yArDs. Además, el tipo de corte final que te hace desear volver darle a «play».

Cuesta creer que Fiona Apple pudiera haber hecho un disco más crudo, emocionante y mejor, acorde con su carrera pero diferente, como sólo PJ Harvey en los últimos tiempos ha podido conseguir. Ahora que hay una ola de pop femenino arrasando como a mediados de los 90, nada mejor que su regreso para recordarnos quién manda.

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Hot Knife’, ‘Every Single Night’, ‘Regret’, ‘Anything We Want’
Te gustará si te gusta: Florence, Feist, St Vincent y ella, que llegó antes
Escúchalo: Deezer
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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: fiona apple