1. A sus 62 años, Bruce sigue derrochando energía, tesón y actitud sobre el escenario, como en los vídeos que todos vimos de él de pequeños (pocas veces un videoclip con un «live» tuvo tanto sentido). Lo vivido este domingo en el Bernabéu da cuenta de la calidad de sus directos. Casi 4 horas (32 canciones) en las que el Boss corrió de un lado a otro, saltó y bailó. Energía sin freno de quien sigue disfrutando haber hecho de su trabajo su pasión tantísimos años después.
2. La capacidad de sorpresa: El «Boss» sabe cómo tratar a sus seguidores. No en vano, y tras leer el título de la canción en uno de los carteles que asomaban entre la multitud, Bruce nos conquistó con su interpretación de ‘Spanish Eyes’. Era la primera vez que la cantaba en directo.
3. Un setlist pensado para todos: A ritmo vertiginoso, Bruce alternó las canciones de su nuevo disco ‘Wrecking Ball’ (‘We Take Care Of Our Own‘) con clásicos imperecederos (‘Born to run’, ‘Born in the USA’, ‘Thunder Road’) y versiones (‘Twist And Shout’). En ‘Because The Night’ fue imposible no pensar en Patti Smith.
4. La cercanía al pueblo del ídolo del pueblo: Mucha era la expectación sobre si The Boss dedicaría finalmente una canción al joven Nacho Hurtado, que fallecía a consecuencia de un tumor pocas horas antes de ir a su concierto. «Nacho, tu familia y tú estáis en nuestras plegarias», recalcaba. Acto seguido, sonaba ‘The River’.
5. El recorrido por distintos estilos: Bruce no renunció ni al rock, ni al country ni al folk, concediendo guiños a diferentes etapas de su carrera. Una amalgama de sonidos que Bruce y su séquito -hasta un total de 17 personas sobre el escenario- supieron manejar sin ningún tipo de artificio ni dificultad.
6. La importancia de reivindicar el soul: «Hay un momento en el que todo artista para sobrevivir tiene que hacer soul». A continuación, y ayudado de una de las coristas, Bruce versionaba las fantásticas ‘The way you do the things you do’ y ‘634-5789’. «Es música hecha con sudor, lágrimas, dolor, amor, etc». Una sabia lección que podría protagonizar nuestra sección Verdades como templos.
7. La presencia constante de Big Man: Un sincero homenaje a la memoria del saxofonista más querido de la E Street Band. Al grito de «¿no echáis de menos a alguien»?, Bruce se acordó de su buen amigo mientras se proyectaban imágenes de Clarence. En un lateral y respaldado por la sección de viento, el joven y carismático Jake Clemons tenía el difícil legado de continuar el camino de su tío. En su memoria, sonó ‘Hungry Heart’.
8. “Los malos tiempos vienen, los malos tiempos se van” (‘Hard times come and hard times go»). Esta frase de ‘Wrecking ball’ sirvió para ilustrar el momento reivindicativo de la velada. «En EE UU hemos vivido malos tiempos. Aquí también. Sé que aquí los tiempos son peores. Nuestro corazón está con vosotros», recalcaba como si tuviera la mirada puesta en cada uno de los asistentes. La lección del artista que no vive ajeno a la realidad.
9. La acertada decisión de recuperar la sección de viento. Las últimas veces que Bruce había incorporado la sección de viento fue en 2006 con la Seeger Sessions Band y en 1998 con la E Street en 1988. El domingo, además, presentó a la E Street Choir. Dos secciones que se sumaron a Roy Bittan, el virtuosismo de Nils Lofgren a la guitarra, el batería Max Weinberg y el carismático Steve van Zandt.
10. Escuchar ‘Born To Run’ en directo. Solo esto se merece una mención aparte.