Antes de que se diera un buen baño de masas en la Semana de la Música de Malta, en concreto en un concierto MTV, Nelly Furtado atendió a unos cuantos periodistas de forma algo atolondrada en la terraza de un hotel, donde compartí «entrevista» con otros compañeros del gremio que preguntaban cosas como «¿te gusta Malta?». La cantante, que contestó que las islas le parecían «gorgeous», se mostró sonriente y atenta, ajenísima al fracaso de sus últimos sencillos… hasta que su representante interrumpió la conversación cuando llevábamos 6 minutos y 7 segundos de mesa redonda. Es la grabación más corta de una entrevista que jamás he realizado. Y eso que he entrevistado a Stephin Merritt y a Best Coast.
«Me gusta el sentido de tradición que presenta, tan antiguo. Me gusta mucho el Mediterráneo, es muy exótico, con su fusión de varias cosas», salía del paso Nelly cuando le preguntaban sobre este coqueto país, antes de que una compañera austríaca y yo intentáramos centrarnos en lo musical. «El álbum es como un amistoso puñetazo en la cara. Es agresivo, pero también tiene cierta energía positiva y espiritual. Es muy crudo y divertido». ¿Quizá se refiere a ese minuto final del infravalorado single ‘Big Hoops‘, que juega con el jungle? «El disco tiene momentos así, no específicamente jungle o drum’n’bass, que es más propio de esa canción nada más, pero tiene muchas cosas que esconden una energía parecida. Hay cosas más exóticas, batucadas, sonidos étnicos, muchos instrumentos musicales diferentes entre sí, como acordeones. Hay mucha fusión. Evidentemente es un disco de pop, pero las tomas vocales son muy juguetonas y bastante crudas. Hemos hecho cosas muy diferentes con ella. Mi voz suena de manera diferente con respecto a otros álbumes, con tonos muy diferentes».
La variedad ha sido inherente a la carrera de Nelly Furtado, que ha pasado de lo latino al urban tocando también el folk más popero, por momentos restando algo de credibilidad a su propuesta, y haciéndonos preguntarnos quién es la verdadera Nelly Furtado. «Mi verdadero yo está en mi voz haciendo una canción sin más. Acabo de hacer una en un barco aquí en Malta. He hecho un vídeo para ‘The Spirit Indestructible’ en Vancouver, y también sola en la montaña he empezado otra canción. Mi voz es lo que unifica todas ellas. Uso mi voz como un vehículo para mis emociones. El tema real es mi voz y la melodía, pero algún día quizá haga un disco más homogéneo en estilo, quizá un álbum de jazz o algo así, aunque no creo que fuera un disco de jazz al uso. ‘Mi plan’, mi disco en castellano, tenía un elemento más de unificación. Aunque el pop es un gran patio en el que puedes desenvolverte de maneras muy distintas».
Cuando aún no se ha publicado el disco ‘The Spirit Indestructible’, ya son muchos los fans que se preguntan si volverá a tardar seis años en sacar un álbum en inglés, o si volverá a decir que deja la música para dedicarse a su vida privada. «Creo que después de cada disco me digo a mí misma que lo voy a dejar. Creo que es parte de mi proceso. Necesito echarlo de menos. Soy tan pasional… Todo es «hazlo o muere». Ahora mismo me siento muy creativa, como cuando saqué mi primer disco, cuando era tan inocente, con canciones sobre cuando tenía 14 ó 15 años. En mi mente he querido volver ahí. Sobre mi siguiente paso, no sé. Me gustaría grabar mi nuevo disco en español muy pronto, pero también tengo ideas para mi próximo disco en inglés. Y también tengo ideas para dos discos diferentes en portugués».
Siempre con una sonrisa de oreja a oreja y de vez en cuando con alguna carcajada estridente media contagiosa, pero no muy apta para recordar con los cascos puestos a toda pastilla, Nelly recibe la pregunta del millón. ¿Cómo logrará mantenerse en el estrellato con lo que cambia la industria año tras año a pesar de sus parones? «Creo que sigo mi corazón. Hago música porque necesito hacerla. No hay otra razón. Me entiendo a mí misma cuando escribo una canción. Siempre sigo mi corazón, ese es mi único secreto».