Cold Specks se crió en un suburbio de Toronto junto a unos padres profundamente religiosos que a día de hoy siguen sin aprobar la carrera musical de su hija. De hecho, mientras Al Spx, que es como se hace llamar esta joven canadiense de veinticuatro años, preparaba su álbum junto al productor Jim Anderson (Blood Red Shoes, The Twilight Sad) y el batería Rob Ellis, conocido sobre todo por su trabajo con PJ Harvey, sus padres continuaban ajenos a la afición de Al, hasta que encendieron la tele y la vieron cantando en el citado programa. Desde luego, la manera más directa de contarle a tus padres que te dedicas a la música.
Ella dice que, por respeto a su familia, prefiere usar un pseudónimo y no hablar de su vida ni entrar en detalles sobre por qué su relación atraviesa un momento delicado. De hecho, como se puede ver, Spx ni siquiera aparece en la portada del disco. Ha contado, eso sí, que en 2010 abandonó su carrera universitaria para irse a trabajar a un centro de llamadas, y que eso, junto a la pérdida de su fe en Dios, decepcionó terriblemente a sus padres. Es curioso que un álbum tan influido por el sonido de la América profunda no venga esta vez precedido de alabanzas a Dios, sino de desgarradoras historias sobre la pérdida de la fe y la obsesión con la muerte.
Con todo, Spx parece haber heredado de sus orígenes humildes un talento natural para el soul, a diferencia de otras supuestas intérpretes del género a las que es imposible creerse. Pero en este disco hay más que una chica desnudando su alma a través de su voz y una guitarra. ‘I Predict a Graceful Expulsion’ es un disco rico en arreglos, proporcionados por su banda, la que nació en el momento en que Al Spx entró en el estudio de grabación. Así, las simples pero intensas composiciones de Spx se ven extraordinariamente reforzadas por fantasmagóricos coros mixtos (‘Winter Solstice’, ‘Elephant Head’ ‘Send Your Youth’, ‘Lay Me Down’), melancólicas cuerdas (‘Heavy Hands’, ‘Holland’), e incluso vientos feístas (‘Steady’). También hay momentos para la introspección (‘The Mark’), así como para lo puramente épico (la misma ‘Steady’ evoca a Arcade Fire), pero en el prometedor debut de Cold Specks hay lugar más que nada para canciones que van de menos a más: desde el corazón de su autora al mundo exterior, impulsadas por los bellos arreglos y la voz de Spx, tembloroso vehículo para sus letras alimentadas de temor y vulnerabilidad. Mención especial para ‘Hector’, de momento su canción más lograda, de trepidante pero contenido ritmo, y aún más hermosa melodía.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Heavy Hands’, ‘Hector’, ‘Send Your Youth’, ‘Lay Me Down’
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